La Escuela…el lugar apropiado, donde los niños y jóvenes asisten día a día a aprender, a socializar y compartir cada día con sus pares es “Él lugar”, allí tienen que estar. Hablo de apropiado, de especial y oportuno, así defino el lugar de la escuela. Los niños y jóvenes llegan a la escuela con inquietudes y deseos, sintiendo que es allí donde tienen
que estar. Las familias, a pesar de todo, con angustias y esperanzas, con aciertos y equivocaciones, confían y siguen sosteniendo que la educación los va a salvar, brindando a sus hijos las posibilidades de progreso y acceso a nuevos conocimientos y herramientas para la vida. La situación educativa es muy crítica, la crisis social en valores y ejemplos no acompaña y las políticas educativas no abundan.
El compromiso se sostiene cada día en las instituciones educativas, con profesionalismo docente, con liderazgo pedagógico, con gestión educativa y Supervisión. Con familias que acompañen y sostengan la asistencia de los estudiantes a la escuela, donde aguardan los maestros, quienes más allá de los contenidos, las metodologías, las didácticas y las evaluaciones, dan sentido a la tarea de enseñar, muchas veces en terribles condiciones, pero “enseñar”. Con una normativa capaz de reglamentar y ordenar al sistema educativo, con pautas factibles de ser cumplidas y respetadas, por el bien de todos los que habitan la institución educativa. Dejar de pensar en el ”como sí”, en el “hacemos de cuenta que” para trabajar en serio por una mejor convivencia institucional, con respeto y ejemplos a seguir. Basar la educación en valores redundará en una mejor Sociedad, más justa y respetuosa.
Establecer propósitos claros y sostenerlos en el tiempo, acuerdos que se respeten no debe ser muy difícil…es cuestión de empezar o continuar según el caso. Todos hablan de la escuela, en nombre de ella, buscando motivos, encuentros y desencuentros, sólo quienes están o estuvieron allí pueden comprender el entramado y los lazos que surgen y dibujan la historia diaria de la escuela. Sin dudas, desarrollarse como maestro no da lo mismo, no es cualquier tarea ni es igual a otra, implica compromiso de cambio y deseo de superación, significa entrega y comprensión, formación y tolerancia, respeto y compromiso. Es dar sentido y perspectiva al esfuerzo de cada niño y joven.
Se conjugan las historias de vida de los alumnos, sus familias y la de los docentes, que día a día se encuentran, se saludan y miran a los ojos sinceros y desafiantes, advirtiendo la necesidad, la alegría o la desesperanza del otro. Cada día apretando los dientes o riendo, la tarea de enseñar y aprender en cada aula, en cada escuela, en cada rincón.
Nada es sencillo, por el contrario, sumamente complejo pero apasionante a la vez.
Bendita profesión la de ser Maestro….Tan solo treinta años en las escuelas de la Provincia de Buenos Aires, como profesora de Artística-Música y los últimos años como Inspectora de Enseñanza. Mi reconocimiento a todos los maestros que lo hacen posible.
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