“Nosotros creemos que debemos enfocarnos en la “distancia mental” como un “fenómeno social” de nuestros actuales tiempos que muchos coinciden en resumirlo así “nadie escucha a nadie”, o “diálogo de sordos”, consecuentemente, debemos encarar seriamente este problema y buscar la manera de lograr que los niños nos inviten a visitar ese mundo interior y de tal manera conectarnos positivamente. J. Yorg.
«Cuando un burro habla, el otro para las orejas». Refrán popular.
Sostenemos que el problema central del proceso enseñanza-aprendizaje en las escuelas actuales radica en la “distancia mental” que los estudiantes interponen ante el conocimiento. Esta barrera, invisible pero determinante, se manifiesta como apatía, dispersión o falta de interés y conexión con los contenidos escolares.
Es especialmente visible en el 6° grado de la educación primaria, en áreas fundamentales como Matemáticas y Ciencias Naturales, donde los niños tienden a replegarse en su mundo personal y cierran las puertas a la comunicación educativa, por más que se usen diferentes tácticas incentivadoras el problema tiende a subsistir .
Tal como señala Vicente Conrado Capuano (2014), las conductas humanas están profundamente ligadas a las motivaciones y valores, conformando una tríada inseparable. A su vez, los objetos de estudio poseen dimensiones epistemológicas, axiológicas y ontológicas que no son fáciles de modificar, pero que inciden en cómo los alumnos encuentran sentido al contenido.
“Por estar en su naturaleza resultaría muy complejo modificar estas dimensiones, motivo por el cual, sólo nos resta diseñar una estrategia que provoque la valoración del contenido, que motive al alumno y que modifique su comportamiento”.
Sin embargo, nosotros creemos que debemos enfocarnos en la “distancia mental” como un “fenómeno social” de nuestros actuales tiempos que muchos coinciden en resumirlo así: “nadie escucha a nadie”, o “diálogo de sordos”, consecuentemente, debemos encarar seriamente este problema y buscar la manera de lograr que los niños nos inviten a visitar ese mundo interior y de tal manera conectarnos positivamente.
Visiblemente en las aulas se están incrementando la falta de atención de los niños a los maestros. La dificultad para prestar atención, cuando los educandos continuamente miran hacia otro lado. Pareciera que están permanentemente soñando. Llegó el día de tomar por las astas este problema. Llegó el día de dar identidad a este fenómeno de raíz social y ayudar a los educandos a poner atención.
Hipótesis Pedagógica Cooperativa. En este contexto, el desafío no es transformar los contenidos, sino derribar la distancia mental. Para ello, proponemos adoptar una estrategia pedagógica que provoque una revalorización del conocimiento, despierte motivaciones genuinas y, sobre todo, establezca una conexión positiva entre el mundo interno del alumno y el docente.
Una herramienta poderosa para lograr esto es la Pedagogía del trabajo y estudio en equipos cooperativos, que promueve no sólo el aprendizaje compartido, sino también el reconocimiento mutuo, la responsabilidad colectiva, la solidaridad intelectual y la comunicación entre pares. Estas dinámicas cooperativas rompen el aislamiento del educando, estimulan el pensamiento crítico y permiten construir una comunidad de aprendizaje donde el maestro se integra como guía y compañero, no como imposición.
Así, al fomentar estructuras cooperativas en el aula, abrimos vías concretas para derribar la distancia mental, potenciar la comprensión y resignificar el sentido del saber. En definitiva, enseñar cooperativamente es enseñar a convivir y a pensar juntos, condición indispensable para que el conocimiento florezca y se democratice.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
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