Pensando en la escuela como espacio donde niños, adolescentes y jóvenes pasan muchas horas compartiendo experiencias junto a sus docentes y compañeros, donde acontecen situaciones diversas que requieren de un trato especial, atento y dedicado. Dedicado a la necesidad y a la respuesta oportuna que requiere determinado acto, palabra, respuesta o circunstancia.
En las aulas ocurren situaciones todo el tiempo, como una pequeña sociedad se establecen vínculos, acuerdos, enojos y discusiones. Se recurre a los acuerdos a través del respeto y la tolerancia por quien piensa diferente o simplemente, en un determinado tema manifiesta otra postura. Tenemos presente las relaciones personales e interpersonales, el valor de la palabra, el poder escuchar y mirar al otro. Nuestros alumnos tienen una manera de ser, costumbres y deseos, ejemplos que seguir, características y maneras de pensar. Una familia o no que los acompaña, mejores o peores posibilidades de contención, de apoyo y atención por parte de su propio entorno. A todos ellos debemos escuchar y acompañar, contener y brindar educación, como así también, propiciar las herramientas necesarias que les permita forjar su proyecto de vida, más allá de sus circunstancias. Una enorme responsabilidad, muchas veces en soledad. En cada Proyecto educativo se desarrollan los contenidos y objetivos planificados por el docente atendiendo al grupo, sus características y necesidades educativas.
Hacemos un “Plan de acción que albergue a todos, para que nadie quede afuera”. Promoviendo experiencias y aprendizajes significativos para los niños y jóvenes, que sean capaces de captar su atención y el deseo de aprender, de conocer y de investigar aquello que les interese profundizar. Planteamos temas, estamos atentos a aquellos que surgen y generen dudas y preguntas.
Considero que la educación artística aporta aprendizajes de relevancia en la Educación Sexual Integral, en tanto recupera y desarrolla la experiencia sensible y emocional de los niños, adolescentes y jóvenes, posibilitando el aprendizaje de los diversos lenguajes artísticos, así como la exploración y el ejercicio de diversas formas de expresión y comunicación de ideas, sentimientos, emociones y sensaciones.
Ahora bien, la Educación Sexual Integral es parte de la propuesta educativa, plantea determinados temas y desarrolla experiencias tendientes a una formación armónica, respetuosa, integral y permanente de las personas. Asegura la transmisión de conocimientos pertinentes, precisos, confiables y actualizados sobre los distintos aspectos involucrados en la educación sexual integral.
Dependiendo de las edades de los alumnos, promueve acciones y actitudes responsables ante la sexualidad y previene problemas relacionados con la salud en general y la salud sexual y reproductiva en particular.
Si miramos los ejes que plantea la ESI, podemos comprender la relevancia y necesidad de atenderlos en el ámbito escolar. Reconocer la perspectiva de género, respetar la diversidad, valorar la afectividad, ejercer sus derechos, cuidar su cuerpo y el de los demás, como así también la salud. La perspectiva de género que trabaja la ESI, posibilita identificar las relaciones de poder que se dan entre varones y mujeres, generando desigualdades en la sociedad. Permite analizar como funcionan las representaciones sociales, los prejuicios y estereotipos en las diferentes prácticas socio-culturales. Promueve las relaciones respetuosas y equitativas, promoviendo como eje conceptual el respeto en la diversidad para terminar con todo tipo de discriminación.
Los contenidos propuestos en la Educación Sexual Integral exceden las nociones de genitalidad y relación sexual. Abarcan aspectos biológicos, sicológicos, sociales, afectivos y éticos. Promueven habilidades para que los estudiantes, en todos los niveles y modalidades puedan y cuenten con las herramientas necesarias para prevenir y pedir ayuda ante un abuso sexual. La sexualidad se contempla y entiende de manera integral, considerando las dimensiones sociales, sicológicas, culturales y éticas. La escuela tiene un rol privilegiado que le otorga la Ley 26.150 como ámbito promotor y protector de derechos. Las familias constituyen uno de los pilares fundamentales si se trata de establecer vínculos, alianzas y estrategias para el buen desarrollo y crecimiento de los niños y adolescentes, pero muchas veces, por diferentes razones o situaciones no pueden estar a la altura de las necesidades de sus hijos, es por ello entonces, que la escuela no puede ni debe mirar para otro lado. La ESI es una oportunidad para abordar de manera integral la formación de los niños, adolescentes y jóvenes.
“La sexualidad se practica y expresa en todo lo que sentimos, pensamos y hacemos”.
Sé el primero en comentar