1.Michel de Certeau afirmaba que “en historia, todo comienza con el gesto de poner aparte, de reunir, de convertir en ‘documentos’ algunos objetos repartidos de otro modo” entonces le consulto en la Historia ¿Quién auxilia a quien el historiador o el archivista?
Estoy plenamente de acuerdo con Michel de Certeau, y por supuesto por añadidura, el archivista auxilia al historiador. El archivista “sabe” si tiene la información, el historiador “lo intuye”. Considero, permítame la digresión, que todas nuestras madres han sido nuestra propia reserva documental y que prolijamente guardaron en cajitas desde un mechón de cabello, el ombligo, las fotos de las ceremonias familiares, cartas, facturas de servicios, recibos de pagos, etc., etc. Cosas inútiles, parecen, pero en algún momento, ya adultos nosotros, volvemos amorosamente a esas fuentes que incluyen además otras de oralidad. Ergo, existió primero la “archivista”.
Me alejo aquí quizás de la respuesta técnica pero prefiero ir por la más cotidiana, la pueblerina, la que inunda un archivo de pueblo, la que diariamente vemos. No obstante, diré algunas palabras de la relación historiador-archivero: generalmente los primeros llegan recelosos y misteriosos, sin darnos demasiadas pistas de lo que buscan, como dudando de nuestra voluntad; pero rápidamente y charla va charla viene, el engranaje comienza a girar y nace allí una nueva historia para el bien de todos.
2. En Bolívar: ¿Que función social cumple el archivo Histórico Municipal?
La pandemia de COVID trajo, por el aislamiento forzoso, entre otras cosas, una introspección de las personas; Bolívar no fue la excepción. Trabajamos más que nunca búsquedas de ancestros, parentescos, árboles genealógicos, solicitudes de residencia, en fin, cualquier dato que ayude a mitigar el deseo de saber de dónde venimos, o el deseo de emigrar y conseguir otras nacionalidades. Tratamos de responder a los requerimientos; en muchos casos tuvimos éxito y fuimos recompensados con el cariño y respeto de la gente. También se acercan, además de investigadores, los niños y jóvenes de Bolívar, quienes impulsados por profesores a los que les interesa la historia local nos visitan en busca de documentos. Agrego aquí que debería estar en la currícula escolar el estudio de la historia local, nadie puede amar lo que no conoce.
3. Según su consideración ¿Qué documentos se encuentran que son preciado por otros archivistas?
Una de las características que tiene el AHFA es que está “cerrado” a la historia del partido con sus localidades, lo que parece mezquino, pero le aseguro que no lo es tanto. Tenemos material suficiente como para que permanentemente tengamos que preservar, catalogar y ordenar más de lo que podemos. El equipo está conformado por cinco personas (uno de los cuales trabaja ad-honoren), y todos hacemos todo. Por lo tanto, y volviendo a la pregunta, no tenemos la certeza de qué material histórico pueden preciar otros colegas, pero para no dejar nada sin responder, quizás sea, la hemeroteca lo más solicitado.
4. Santos ¿Está de acuerdo con esta frase de Marc Bloch “los documentos y la información son como un testigo: habla sólo si se le interroga? ¿Por qué?
Hoy es mi día de coincidencia con los teóricos nombrados, estoy en total acuerdo con Bloch en ese encomillado: un mismo documento tiene más de una lectura. Desde el mismo momento de saber o no saber quien ingresó el material al archivo, hasta la catalogación definitiva en un fondo, caja o carpeta, hay un camino largo de preguntas y repreguntas que contestan un determinado plexo de respuestas más o menos certeras. Contaré, sin intención de ser autorrefencial, una experiencia práctica: leyendo unos manuscritos poéticos de un intendente local de principio del siglo XX, donados por su nieta en Chilecito, La Rioja, encontré en el reverso de las hojas (en el anverso había poemas y cuentos cortos escritos con lápiz), un modelo de contrato impreso sobre un tema que era desconocido en la investigación y que abrió nuevas rutas hacia destinos más materialistas en la vida del Intendente, que la literatura que desde joven practicó. Mirar el documento interrogándolo crea una confianza con él y uno se vuelve su viejo amigo y confidente.
5. El último libro «La Batalla de San Carlos, 150 años después” ¿Qué enseñanza deja a la comunidad de Bolívar?
Del libro del Álvaro Martínez ¿Que de “nuevo” podemos encontrar en él? ¿Cuál es el valor que dejo el libro del Doctor’ Es demasiado pronto para evaluar la importancia del libro, estos como los buenos vinos requieren de un tiempo de añejamiento. Las nuevas generaciones verán en él las miradas que tenían un grupo de contemporáneos sobre un hecho puntual de su geohistoria y que lo dejaron plasmado en 2022. Quizás de lo único que podemos estar seguros es que desde el Archivo fuimos completamente abiertos a la convocatoria (cosa que no debería ser algo raro) y que las miradas que quisieron y pudieron están allí, en el libro, en las manos de los bolivarenses y esperemos de muchos más.
Es nuestra costumbre, cuando alguien quiere comenzar a estudiar la historia de la fundación del partido de Bolívar, sugerirle que comience con “Orígenes…” de Don Álvaro Martínez. Es el primer historiador local (por adopción) que relata de forma metódica y ordenada (con mucho archivo, ¡ojala lo tuviéramos!) la protohistoria desde la Batalla de San Carlos (8/3/1872) hasta los primeros días de la incipiente cabecera de partido, San Carlos de Bolívar, fundada el 2 de marzo de 1878. Cito aquí al Dr. Ariel De la Fuente en el discurso de la presentación del libro: “dentro de 20, 40 o 100 años otras generaciones leerán este libro y de su contenido tendrán miradas diferentes, de la misma manera que los que hoy escriben la tienen respecto a los hechos que comentamos”. Es por esto que algunos autores vuelven sobre los pasos de don Álvaro, otros toman distancia, y hay quienes prefieren empezar de nuevo. Este panorama variopinto es a mi juicio, “el valor” del libro, por lo tanto “Orígenes” y “Miradas” son orgullo bolivarense.
6. En Bolívar que usted sepa ¿hay Los archivos privados?
Si, sabemos de qué existen en manos de particulares archivos importantísimos sobre las historias familiares, las instituciones, etc., de historia local; esto, en definitiva, nos permite temerariamente afirmar, que el 50 por ciento de la historia del partido está en el AHFA y el resto en manos de particulares. Dentro de las posibilidades tenemos excelente relación con algunos de ellos y siempre nos estamos consultando.
7. ¿La archivología en este siglo XXI que desafío afronta?
LA DIGITALIZACION. Una de las preocupaciones con que cargamos desde siempre, es la conservación y el orden de los documentos. Casi el 100 por ciento del tiempo histórico está ocupado por la preservación de piedras, metales, tablillas de arcilla, papiros y las distintas versiones del moderno papel, fotografías, celuloide, discos y cintas; en el último milisegundo de esta larga historia aparece la era digital. Esta parece ser la solución. Digitalizamos y guardamos “archivos” en sitios, paginas, nubes, servidores y lo corpóreo se guarda bajo 7 llaves y lo digital se vuelve incorpóreo a un clic de distancia. Pero -siempre hay un pero- hackers y apagones amenazan destruir esos archivos de memoria, lo que nos obliga a hacer copias de resguardo (back-up) de forma indefinida. Ah, y ahora la inteligencia artificial, que amenaza el conocimiento… Esta pregunta me dio al releerla un escalofrío.
8. ¿Actualmente en qué proyectos está trabajando?
En muchos a la vez, pero la cercanía de mi retiro, me está proponiendo escribir todo lo que tengo atrasado en mis investigaciones respecto a la primera década de 1900/10, los sucesos que cambiaron los destinos del Partido y de mucha gente de Bolívar. Hay mucho por hacer aún en el Archivo, por suerte somos un grupo que tiene la camiseta puesta y funcionamos de maravillas: avanzar con las reformas edilicias (nos quedó pequeño el lugar), preservar, catalogar, ordenar, recibir, dar, parece ser nuestro sino.
PD y aclaración importante: Estimada Daniela, no soy justamente un archivista profesional, de hecho, estoy en este lugar por elección propia y porque circunstancias de salud colaboraron para que así fuera. Ahora bien, intentaré no sacarle el cuerpo al cuestionario y dentro de mis limitaciones responder de la mejor y genuina manera. En los 7 años en que estoy en el Archivo, he realizado tres o cuatro talleres del AGN y del Archivo de la Prov. de Bs. As., nada que se pueda decir importante, y Usted sabe, como buena bolivarense, que los saberes por estos lares, son siempre de autodidactas, desde idóneos en farmacias, arqueólogos, carpinteros, artistas en general, museólogos, archivistas, etc., y cuanto oficio y profesión exista.
Para explicar mi función en el archivo, he encontrado hace tiempo, una metáfora ramplona, qué me ha salvado de dar más precisiones al respecto, hela aquí: el trabajo de un archivista es como el de un repositor en un supermercado, ambos sabemos utilizar bella y ordenadamente estanterías, y lo que es mejor, a fuerza de práctica, nuestro investigador-cliente no duda en preguntarnos donde está el arroz carolina-foto/documento. Orgullosamente ambos (archivero-repositor), damos con precisión la ubicación geográfica de lo buscado. Algunos dan un paso más e indagan sobre las propiedades del producto que buscan, y los archiveros, que defendemos al “cliente” igual o más que el del súper, ensayamos respuestas empáticas con el investigador, pues somos, de alguna manera, investigadores o historiadores frustrados, de la misma manera que el repositor del súper quisiera ser el dueño o el cliente.
Estimada Daniela, quizás esta perorata no le sirva a Usted de nada, pero es la mejor manera de expresarle lo que hago y siento de este lugar que me permitió pasar los últimos años, antes de mi retiro jubilatorio, de forma digna trabajando en algo que amo. También son una especie de excusa para camuflar los errores de las respuestas a su cuestionario. Gracias por todo, Santos.
Gracias Santos
Perfil de Santos Vega: Coordinador del Archivo Municipal de Bolívar Provincia de Buenos Aires, Argentina.
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