Ante la nueva era global y de la información, el mundo se enfoca en la gerencia propiamente dicha, el desarrollo, la globalidad y la sustentabilidad (Arráez, Estanga, Gil, Meléndez, Peña y Jiménez, s.f). Aspectos que aisladamente no tienen los mismos efectos notables que si interactúan de forma integrada. Sabemos que nada es permanente en el tiempo, estamos inmersos en una realidad compleja, cambiante y de múltiples interrelaciones. Pero llegar al punto de la integración, requiere de cambios o transformaciones en nuestra manera de pensar. De ahí, la importancia de desarrollar un nuevo paradigma interdisciplinario, enfocado en la generación de nuevos conocimientos sostenibles en el tiempo: el paradigma de la gerencia ambiental basado en la sustentabilidad, donde no solo se administre de manera racional los recursos para no producir más contaminante de los que puede absorber y transformar la misma naturaleza, sino que permita satisfacer las necesidades de la generación del presente, y de la nueva identidad, llamada la generación del futuro. La verdadera integración (social, ambiental y económica) que aún no se ha logrado (Bustillo y Martínez, 2008) pero que todos ansiamos!.
El camino no es fácil, pero tampoco imposible. Tardamos muchos años para quitarnos el velo ante la falla de un modelo implantado a escala global que no consideró la escasez de los recursos sino un crecimiento económico ilimitado, con poca o ninguna atención en los modos de producción y tecnología utilizadas, que comprometen no solo a la generación del presente y sino la del futuro.
Un trabajo donde no estamos solos sino acompañados de activistas, investigadores, empresarios, científicos y del propio Estado. Unos más pesimistas o fatalistas que otros, con proyecciones y estadísticas ambientales alarmantes que pronostican un aumento de temperaturas de 2 °C para el año 2052 con impactos negativos en la tierra. En cambio, otros son más optimistas en el trazado del camino a seguir dentro de las declaraciones y acuerdos ambientales más importantes en la historia ambiental. Aunque, se logra vincular los derechos humanos ambientales con las generaciones del futuro, no se logra incluir esta última desde el derecho en los ámbitos social, económico y político.
Ahora, no se trata de firmar un convenio por firmar para poder reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global; como un gran festival o espectáculo en presencia de cámaras, fotógrafos y periodistas que buscan una noticia más para las redes sociales y periódicos. Se busca un compromiso con ética y responsabilidad. Si no hay compromiso, nos preguntamos: ¿dónde podemos llegar? Compromiso real no solo de los países que participaron, sino de todos nosotros, las organizaciones no gubernamentales, sociedad civil en general y empresarios que podrían cambiar no solo los modos de producción, sino los estilos de consumo, como un nuevo modelo sustentable. Pero, nos planteamos las siguientes interrogantes: ¿Estamos dispuestos a sacrificarnos por el mañana? y ¿Qué modelo podemos aplicar?
La realidad es que nos imponen modelos globales desarrollados por los países del primer mundo a raíz de las fallas del modelo “clásico” que buscan el crecimiento ilimitado sin importar la racionalidad de los recursos. De ahí, la importancia de la educación y formación en la comprensión conceptual de lo que es el desarrollo sustentable o sostenible desde el Estado, la Academia y la Sociedad Civil en lo global, regional y local, con la finalidad de diseñar y evaluar nuevas políticas públicas ante este nuevo paradigma gerencial ambiental. El objetivo es claro: clarificar
nuestras mentes y comprender sus dimensiones.
Desarrollar un modelo propio donde los miembros o entes que participan estén de todos o gran parte de acuerdo. El modelo no puede ser una imposición o hegemonía traducida en una simple copia o adaptación a un caso de estudio en un país en particular, sino que responda la pregunta: ¿cuál es el futuro que queremos para todos los que vivimos y vivirán en este país del planeta?.
Un modelo de igualdad, justicia, protección, sostenibilidad, bienestar y calidad de vida para todas las generaciones, del hoy y del mañana: el ser humano y la sociedad. No basta solo con intentos que quedan en el camino, trabajos aislados como parcelas individuales donde lo que importa es ser los primeros o figurar en algo con la posibilidad de generar ingresos propios con el sacrificio de los demás. Una manera de pensar y actuar egoísta e individualista no solo en el ámbito político, sino también social (académico, científico, educativo).
Se busca el estímulo de valores que promueven la salud ambiental, organizacional y el desarrollo de los objetivos sostenibles y sustentables, pero con “sabiduría y compromiso como las bases del desarrollo sustentable” (Arráez, Estanga, Gil, Meléndez, Peña y Jiménez, s.f). Pero más que eso, es el cambio de conductas o comportamientos que se expresan como hábitos y buenas prácticas culturales ambientales sostenibles a través de un modelo educativo que integre las dimensiones clásicas del desarrollo sostenible con otras, como la dimensión cultural. Necesitamos de la Educación para el Desarrollo Sostenible, la Educación para la Sostenibilidad y la Educación Ambiental e Intercultural para un Desarrollo Sostenible como una forma de resolver problemas socioecoambientales (Vega, Freitas, Álvarez y Fleuri, 2009).
Un modelo que permita la reacción de la sociedad, organizaciones y personas aún dormidas. Muchos autores, lo relacionan con el concepto de responsabilidad social compartida de las empresas para lograr una mejor sociedad (Cortina, 1996). De ahí, la extrapolación de los valores en la misión y visión organizacional, es decir, “la gerencia organizacional como un elemento capaz de contribuir en la transformación hacia la visión de desarrollo sustentable” (Matteo, s.f).
Una meta que puede cumplirse con el apoyo de todas las personas que trabajan en la organización y con el nuevo rol del gerente del siglo XXI. Por eso se busca un gerente con el siguiente perfil:
a. Formado y educado desde la visión sistémica, el pensamiento complejo, la “glocalización y los principios del desarrollo sostenible/sustentable.
b. Que pueda actuar de manera sostenible en el tiempo y resiliente ante los momentos traumáticos.
c. Con acciones y pensamientos envueltos en los principios de valores y capaz de adaptarse a nuevos cambios.
d. Que demuestre habilidades en la toma de decisiones a la hora de evaluar las transformaciones o cambios del presente sin desmejorar la calidad de vida de la generación del futuro,
e. Que involucre la variable ambiental en todos sus proyectos, programas y planes estratégicos,
f. Bajo una actitud positiva que le permita manejarse desde lo individual hacia lo colectivo;
g. Un profesional o gerente que se apoye en las innovaciones y tecnología más ecológicas “limpias” donde la
reingeniería juega un papel fundamental en los procesos productivos;
h. Que se comunique con la aplicación y uso de medios digitales.
Pero, ¿Estamos formando gerentes integrales? o simplemente profesionales estándar como lo califica Cartes (2005)?
La respuesta es que no todos apuntamos hacia los mismos objetivos. Es importante la revisión y comprensión de las dimensiones y principios que involucran la praxis gerencial del desarrollo sustentable dentro del paradigma global hacia lo local para cumplir las metas porque de otra forma no llegaremos al futuro que queremos, seguiremos agotando los recursos y trabajando por trabajar.
Referencias
Arráez, Estanga, Gil, Meléndez, Peña y Jiménez (s.f). Desarrollo sustentable. Presentación.
Bustillo García, L. y Matinéz Dávila, J. (2008). Los enfoques del desarrollo sustentable. Interciencia. 33 (5).
Cartes, I (2005). Formación profesional y desarrollo sustentable. Theoría. 14 (002). Chile: Universidad del Bio-Bio
Cortina, A. (1998). Educar en la justicia. Valencia: Generalitat Valenciana.
Estanga, M. y Melendez, D. (s.f). Desarrollo sustentable.
Presentación Matteo, C. (s.f). Gerencia y Desarrollo Sustentable: un enfoque de ética y responsabilidad social. Revista Electrónica Conocimiento Libre y Licenciamiento (CLIC). Caracas, Venezuela: Universidad Central de
Venezuela. Disponible: http://convite.cenditel.gob.ve/files/2015/01/ArticuloRevistaCLIC_n8_4.pdf
[Consulta: 2018, Junio 1]
Vega, P., Freitas, M.; Alvarez, P. y Fleuri, R. (2009). Educación Ambiental e Intercultural para la sostenibilidad: fundamentos y praxis. Utopía y Praxis Latinoamericana. Revista Inter nacional de Filosofía Iberoamericana y Teoría Social. [Revista en línea]. 14(44) . Maracaibo-Venezuela: CESA –FCES – Universidad del Zulia.
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