El 30 de septiembre, el Gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, anunció el programa de Acompañamiento a las Trayectorias y la Revinculación. Al comunicar perseguido por la iniciativa, se habla de “reforzar la continuidad pedagógica de los y las estudiantes que tuvieron dificultades para sostener la escolaridad durante la pandemia”. Aún compartiendo ese rumbo, desde Eco Educativo debemos expresar varias observaciones.
Se señala que intentan salir al encuentro de los alumnos cuyas trayectorias escolares se han visto vulneradas con el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio y que representan el 8,3% del total escolar. Podemos ver que esos 279.000 estudiantes arrojan un promedio de 18,5 por escuela. Con protocolos adecuados, cualquier establecimiento puede albergar a 18 niños y sus docentes manteniendo distanciamiento y controles sanitarios. Incluso, podrían turnarse a lo largo de una jornada diaria sin siquiera cruzarse con sus compañeros.
Asimismo, este Plan es un avance en la precarización laboral de todo el personal docente. Esos estudiantes que van a recorrer los hogares -por otro lado una anti-burbuja, lo opuesto a lo recomendado en términos epidemiológicos- ¿en qué marco legal se encuadran en términos estatutarios y de legislación laboral? ¿Quién va a protegerlos en contextos urbanos violentos o ante cualquier potencial situación riesgosa? ¿Cómo se va a coordinar su tarea y bajo qué lineamientos pedagógicos? ¿Cómo se va a controlar si esas tareas efectivamente se llevan a cabo? ¿Dónde quedan las políticas de cuidado hacia nuestros alumnos?
Es llamativo que, aunque los actos públicos que se están llevando adelante son escasos y poco transparentes, se corra a reclutar jóvenes que están cursando la carrera docente para cubrir baches de un sistema educativo suficientemente conformado como para dar soluciones por sí mismo. Lo que requieren nuestros niños y jóvenes es una educación de calidad, no mano de obra precarizada.
El fracaso diario de un gobierno que improvisa constantemente se nota en que este Plan está pensado con una idea limitada de la educación porque, por ejemplo, no están contempladas las múltiples áreas de estudio de la educación secundaria. ¿Cómo un docente en formación cubrirá áreas de conocimiento que no maneja porque esa no es su competencia específica? Porque si solo se piensa en restablecer vagamente el vínculo con la escuela, a lo antedicho debemos sumar un menosprecio por el trabajo docente, el de los Equipos de Orientación Escolar y los Equipos Distritales de Inclusión.
Por otra parte, resulta paradójico que para esta respuesta a todas luces insuficiente se dispongan recursos adicionales. Los 300 millones de pesos mensuales previstos podrían destinarse a mejorar el pago al plantel docente que, junto con las familias, fueron los únicos que hasta ahora sostuvieron el imprescindible intercambio educativo, mientras la Provincia ofrece un escaso incremento salarial del 4,6% en recientes paritarias.
Ante todo lo expuesto, surgen más interrogantes que ganas de acompañar. Si el número de alumnos con trayectorias vulneradas es tan “abarcable” por nuestro Sistema Educativo, ¿por qué no proponer la presencialidad para esos alumnos? ¿Por qué no canalizar correctamente estos recursos mientras las aulas están vacías y la conectividad de las mismas no se utiliza?
En este contexto tan difícil, nosotros seguimos estando como siempre al pie del cañón, por amor, profesionalismo y convicción.
Sobre Eco Educativo: es un ecosistema federal y republicano de docentes, directivos, estudiantes, familias y ciudadanos comprometidos con una educación pública de calidad e igualadora de oportunidades. Eco Educativo cuenta con activas comisiones de participación sobre formación docente, asesoramiento técnico, legal y pedagógico y educación especial, entre otras.
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