1. Marita: ¿Por qué educar?
Mi primera elección en el camino de la educación fue el magisterio; siempre admiré la tarea de enseñar como modo de promover el compromiso con la vida y los demás y para que la persona sea dueña de sí misma. También siempre admiré la política como medio para comprometerse con proyectos para el bien común. Luego fui formadora de docentes en institutos terciarios con la convicción de formar a los maestros en la autonomía y la libertad y llevar adelante grandes empresas como la de educar, es decir, enseñar a valorar el conocimiento y las habilidades en un ámbito de valores y hábitos; provocando transformaciones de las cuales no hay vuelta atrás. Ser educado es tener confianza en sí mismo por lo que sabe y ser cortés. La cortesía, como dice Henri Bergson, es la capacidad de respetar al otro como igual, con los mismos derechos. Todo esto lleva a la inclusión educativa, que no comenzó ahora. Si vamos a los precursores de la educación popular, desde Pestalozzi a fines del siglo XVIII, pasando por Sarmiento y los que idearon el jardín de infantes en el siglo XIX vemos la capacidad humana para idear utopías en el medio de hambrunas y precarización. La educación sistemática que promueve la inclusión de niños y adolescentes en la escuela es un salto cualitativo que la sociedad es capaz de dar. Para ello se necesitó de otro salto cualitativo que es fabular e idear el sistema democrático.
Para mí enseñar porta la fuerza de la vida que empuja a límites impensados: cuanto más enseño, más me interesa saber cómo aprende cada estudiante y buscar entonces caminos para que entienda. Educar en la autonomía es enseñar desde ciertos moldes como punto inicial para que el educando vaya aprendiendo a optar en libertad y
vaya tomando decisiones en la resolución de problemas. La presentación de situaciones problemáticas y la indagación mayéutica se convierten así en una estrategia didáctica y de vida. Ello implica un gran esfuerzo interior del docente porque tiene que saber observar, acompañar, guiar y brindar conocimiento. No se concebiría la enseñanza educativa si no es para la formación de seres autónomos, pero iniciando con un ser dependiente del maestro. Este proceso de la heteronomía a la autonomía implica un trabajo muy complejo que José Luis Pardo llama “aporía”.
La tarea del docente es ardua y no se puede contentar con lo que sabe. Yo leo mucho sobre los temas que trato en la cátedra y lo hacía también cuando era maestra. Cuando tuve segundo grado, por ejemplo, me pasé días antes con libros de didáctica de la matemática porque tenía que enseñarles cuentas simples de dividir; así planificaba los
pasos. Lo mismo hice en cuarto. Trataba de calcular todo lo que podían no entender. Por eso, entiendo lo difícil que debe haber sido enseñar y aprender por tele-escuela en cuarentena. Felicito a mis colegas si lo lograron, aunque considero que el educando debe manejar cierta independencia en el estudio para tener clases por teleconferencia y
eso se alcanza en la adultez.
2. ¿Por qué cree usted que cuesta hacer una política de coordinación y articulación entre el sexto año de la Secundaria y el primer año de la Universidad?
Es importante la coordinación entre los últimos años de la escuela secundaria y el primer año universitario a través de visitas guiadas, cursos de metodología de estudio, asistencia en orientación vocacional y charlas de profesores universitarios a estudiantes interesados en determinadas carreras. Esto se complementa con intercambios estudiantiles y de docentes a través de convenios con universidades extranjeras y bolsa de trabajo a través de la vinculación con empresas durante la cursada. Actividades en las que me involucré como directora de estudios de la Facultad de Filosofía, Ciencias de la Educación y Humanidades.
Remitiéndonos al ámbito universitario, creo que para incluir y tener oportunidades de estudio es necesario el compromiso de las dos partes: el esmero del estudiante culminando aproximadamente a término y el de brindar facilidades económicas como responsabilidad social de parte de la institución universitaria si es privada. Cuando el estudiante trabaja para pagarse la universidad, hace que se prolongue la cursada; esto no implica ser un estudiante crónico; lo importante es ver que sigue un ritmo regular de aprobación de exámenes. Cuando el Estado es el que invierte en la educación de los ciudadanos se espera el aporte de sus conocimientos específicos a la comunidad; ello se convierte en riqueza personal y otra parte en la devolución para el progreso social.
Gracias Marita. Perfil de Marita Traverso: Concejala de Junto en Morón. Consejera Escolar Morón JXC (MC.2017-2021). Profesora universitaria. Ex profesora de Profesorado 108 “M. Dorrego”. Maestra.
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