La patria a sus nuevos hijos

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200px-Genius_of_Liberty_Dumont_July_Column « las «Gacetas» de Buenos Aires refieren e escandaloso suceso ocurrido en la fragata «Trinidad» cuyas tropas acaudilladas por un sargento que se amotinó, degolló a todos los oficiales, incluído al capellán y entró en aquella infame ciudad que recibió a los asesinos con demostraciones y festejos públicos propios, cuando más, de caníbales…»( del oficio del Virrey Pezuela al general La Serna, el 25 de noviembre de 1818)

En 1818. La Europa trataba de recomponer su viejo sistema de alianzas entre casas reinantes, a la vez que ajustar la debacle que las Ideas de la Revolución Francesa habían producido en todos los reinos, diseminadas por las campañas de Napoleón.

Cuando Fernando VII vuelve al trono, en 1813, una de sus primeras medidas es derogar la Constitución de 1812 que habían sancionado las Cortes integradas por los hombres que habían luchado contra Napoleón , por la independencia de España , la vuelta al trono de Fernando VII y la implantación de derechos civiles y políticos para todos los ciudadanos, es decir, por liberalizar a España.

Fernando VII , impulsado por el embajador Ruso en Madrid – Tattischeff – y su ministro de Marina – Baltasar Hidalgo de Cisneros – decide formar una expedición para recuperar sus posesiones en el Río de La Plata y fortalecer las del Perú. Para lograr esos fines, adquirió una flota a la corona Rusa de la cual, mas de la mitad se hundió entre los puertos rusos y españoles y del resto, la mayoría quedó casi inservible al llegar.

Sin embargo, se pudieron fletar algunos barcos, entre los que se encontraba el «María Isabel», naves de guerra con 50 cañones que en el futuro, estaría muy ligada a nuestra historia naval
Para atacar Buenos Aires se dispuso de 20.000 hombres pero, la mayoría de ellos enfermaron de fiebre amarilla antes de salir.
Asimismo, coincidió que los liberales españoles se rebelaron contra el poder Monárquico, reclamando la aplicación de la Constitución de 1812, al mando del coronel Rafael del Riego.

Para fortalecer las posesiones del Pacífico, se destinaron 2000 hombres que, con el «María Isabel» atacarían a los patriotas en Chile y tratarían de llegar al Perú.

La expedición zarpó de Cádiz en mayo del 18 con 11 buques mercantes que transportaban tropas y armamentos escoltados por la fragata «María Isabel». En pleno viaje, comenzaron a notarse problemas de carácter disciplinario ya que la mayoría de los hombres de la expedición, no estaba de acuerdo en luchar contra los americanos ya que, esa sería una forma de defender a la monarquía que estaban combatiendo.
En el transporte de tropas «Trinidad» viajaban 160 hombres del regimiento «Cantabria » al mando del capitán Francisco Barandarán.
La inquietud de las tropas era manifiesta y cuatro de los suboficiales españoles, se encargaron de sublevar a la tropa para que, al momento de arribar costas americanas, se «pasaran » al bando patriota. Un subteniente (Francisco Pelegrin) y once suboficiales más, se plegaron al movimiento.

Desde ese momento en adelante, los hechos se precipitaron : el capitán Barandaran ordenó esconder el armamento en previsión de un motín pero, los rebeldes lograron robar algunas armas y con ellas tomaron el barco, el 28 de julio, en horas de la noche.
Luego, apresaron a los oficiales y fueron entrevistándolos para convencerlos de plegarse a la revuelta, cinco oficiales aceptaron al igual que el capellán pero los restantes miembros de la oficialidad – que se mantuvieron fieles al rey – fueron pasados por las armas y arrojados al mar.

Los sargentos Remigio Martínez y Juan Gonzalez fueron elegidos jefes del movimiento, y el «Trinidad» se alejó de la flota española .
El 26 de agosto de 1818 el barco arribó al puerto de Buenos Aires donde era esperado por el general Eustoquio Díaz Velez quien les ofreció a los sublevados, en nombre del gobierno nacional, protección y apoyo.
El regimiento «Cantabria» formalizó su rendición ante el gobierno de las Provincias Unidas entregando el buque «Trinidad» con 4 cañones, 306 fusiles con bayonetas y todo el parque pero, lo que fué más importante, todos los planes, instrucciones secretas y códigos que los españoles pensaban utilizar en su expedición a Buenos Aires y a Chile.

El 6 de septiembre , el regimiento «pasado» desfiló por las calles de Buenos Aires rodeado de una doble fila de soldados argentinos en guardia de honor, y un numeroso público que vivaba y aplaudía. Luego, se alojó en un cuartel recién inaugurado a la espera de su disolución definitiva.

El orden del día del Ejército de los Andes, del 22 de noviembre de 1818 informa que se incorporaron los Tenientes Segundos Remigio Martínez y Juan González, como así también 12 suboficiales y ocho soldados que habían pertenecido al regimiento » Cantabria «.
Rezan los partes oficiales que otros 4 oficiales, 8 suboficiales y 40 soldados del regimiento español, se incorporaron a distintos cuerpos de nuestras fuerzas armadas.

El resto del regimiento fué licenciado, permaneciendo muchos de sus hombres en Buenos Aires, los marineros fueron licenciados y muchos de ellos se incorporaron a la flotilla argentina integrada por el «Galvarino» y el «Intrépido», que inmediatamente inició un crucero por el Pacífico para atacar al resto de la escuadra española custodiada por el «María Isabel».
El capellán mercedario Miguel Pallares, optó por radicarse en Buenos Aires.

Todos los hombres pasados a las filas patriotas, lucían en el brazo izquierdo, un escudo con la inscripción » La Patria a sus nuevos hijos» con la recomendación oficial de no trabar sus ascensos por mérito en combate.
La flota realista fué atacada por los buques patriotas «Galvarino», «Intrépido», «San Martín», «Lautaro», «Araucano» y «Chacabuco» haciendo prisioneras a varias naves mercantes, con tropa incluída

Asimismo, el «María Isabel» fué atrapado en el puerto de Talcahuano, utilizando los códigos secretos provistos por los amotinados del «Trinidad», y se lo rebautizó «O’Higgins”.

Como dato ilustrativo, la «O’Higgins» fué el buque insignia de la flota chilena al mando del almirante Blanco Encalada y luego de Lord Cocrhane ; más tarde de la flota argentino – chilena que liberó al Perú y por último, fué comprada por el gobierno argentino para formar parte de la flota en la guerra contra el Brasil.
Rebautizada como «Buenos Aires» , la vieja fragata rusa, comprada por los españoles, tomada por los patriotas chilenos y comprada por los argentinos, se hundió con toda su tripulación (más de 500 hombres) sin pena ni gloria al intentar cruzar el cabo de Hornos desde Valparaíso a Buenos Aires, en octubre de 1826

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Acerca de Julio Ruiz 58 Articles
Profesor de Historia. Colegio Cervantes y Jesús Sacramentado de Bolívar, Argentina. Ex Intendente de la Ciudad de Bolívar en la Provincia de Buenos Aires, Argentina en el período 1987-1991. Abogado. Integrante de la Asociasón San Martiniana en su caracter de presidente. Columnista en el Diario La Mañana. Obras Históricas entre otras: Blandengues, “La Odisea”, “Historias que hicieron cuentos”, “Paginas de una historia olvidada”. “Hubo un tiempo que fue Hermoso”una creación colectiva de ex alumnos, Bachilleres de la promoción 1972 del Colegio Nacional de Bolivar (Bs As). Los Negritos de San Martín. “La historia, un cuento y un libro”

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