El siguiente texto ha salido en el Vol. 3 Núm. 3. Edición Especial Bicentenario 2021|ISSN 2664-4029|E-ISSN 2707-3602. Universidad Nacional Autónoma de Huanta
La elite de Huamanga.
Los Marqueses de Feria y los de Mosobamba… los Tello de Espinosa, Marqueses de Valdelirios, parientes del almagrista Juan Tello de Guzmán y descendientes del Encomendero de Chinchaycocha, Juan Tello de Sotomayor, el que prendió a Hernández Girón … los La Fuente, Marqueses de San Miguel de Hijar… una rama de los Carrillos de Albornoz de Montemar; los Oblitas, los Maysondos, los Romanís, los Orés; y durante largos periodos de mando, como Corregidores o Intendentes, los Bozas y Solís, de los Marqueses de Casa-Boza; los Vásquez de Acuña, de los
Condes de La Vega del Ren; el Vizconde de Miraflores; y los Manriques de Lara, Marqueses de Lara, y Señores de Amusgo y Redecilla en España, de la alcurnia y tronco de los antiguos Duque de Nájera, como procedentes de Don Rodrigo Manrique… (De la Riva Agüero, 1995, pp 127) Las referidas familias residían en la ciudad de Huamanga hacia mediados del siglo XVIII, según Juan y Ulloa, hallaron en ella “cerca de veinte familias nobles, que ocupaban el
centro de la ciudad y cuyas casas son por lo regular altas, construidas de piedra, bien labradas y cubiertas de teja” (De la Riva Agüero, 1995, pp 127) de ahí que el citado autor lo cataloga como una “sociedad aristocrática”. Aquellas familias formaban parte de la elite local, por su condición noble gozaban de privilegios y tenían una posición dominante en la sociedad. La creciente decadencia económica y las rebeliones indígenas ocurridas durante la segunda mitad del siglo XVIII hicieron que parte de ellas pasaron a residir a Lima (Vásquez, 2015). Para los primeros años de la centuria siguiente quedaban como vecinos de la ciudad, la familia de los marquesados Mozobamba, de Feria, Valdelirios, Bosa y Lara.
También residían en la ciudad connotadas familias y personalidades como los hacendados Ruiz de Ochoa, Monrreal, Cabrera, Palomino, Flores, Marcelo Castro, Francisco García; los comerciantes Mariano López, Rafael Muñoz, Gregorio Ulloa, Juan Frías, Ignacio Ore, Vicente Ruiz, Nicolás Olano, Mauro Pantoja, Vicente Egurrola, Pedro Zorraquin, Miguel de Yriarte, José Egurrola y otros; los miembros del clero el Obispo de la ciudad, los
curas Mariano Chevaguren, Fernando Oller y Casimiro Cervantes; los de cabildo secular Francisco Hernández, Fernando Fernández, Francisco Paula (Rojas, 1995) La mayoría eran de origen criollo y algunos mestizos exitosos.
Este conjunto de familias y personalidades constituían la elite de Huamanga, en el ámbito local eran conocidos como «vecinos notables» con estilos de vida y prácticas culturales catalogado “superiores”, con la que se diferenciaba del pueblo “incivilizado y salvaje”, ejercían poder sobre los otros, tenían una posición influyente y hegemónica en la sociedad de aquel entonces, gracias a la concentración de los recursos de poder, como el ejercicio de cargos militares, políticos, burocráticos y religiosos de importancia; a su capacidad económica por tenencia y explotación de aciendas, manejo de tiendas comerciales en la ciudad, inversiones en la minería, cobro de diezmos, otorgamiento de préstamos entre otros, justificadas por su ascendencia española y la educación, y legitimadas por las reglas del colonialismo.
Parte de los miembros de la elite ejercían cargos en la administración colonial, de ahí que también es denominado la elite de poder (Mills 1984, Baras 1991 y Blacha 2005). Un miembro del marquesado local ha tenido la trayectoria burocrática siguiente Don Gaspar Carrillo de Albornoz Vega Munibe, IV Márquez de Feria y V Márquez
de Valdelirios Caballero de Carlos II y de San Hermenegildo, alcalde de Lima en 1790 y 1791, gentil hombre de cámara S.M. con entrada, Contador Mayor del Real Tribunal de Cuentas de Lima, desde 1808 hasta 1810; coronel, ascendido a Brigadier en mayo de 1814; presidente de la Real Audiencia de Charcas en 1816. Había ordenado el Rey, en 2 de mayo de 1815, al Virrey Abascal, le confiera la Intendencia de Lima, la Presidencia del Cuzco o la Sub-Inspección de Tropas del Perú. (Vásquez, 2015, pp 30)
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