En el pasado articulo contamos sobre un pueblo con prácticas ancestrales, los tuaregs y su vida nómade, hoy nos adentramos en otras tierras para contar sobre otro pueblo que mantiene encendida una llama hacia el pasado, los Inuit y los Yupik , conocidos con el término de Esquimales.
El término esquimal se utiliza para denominar a los pueblos que habitan la zona polar ártica comprendida por Alaska, Canadá, Groenlandia y Siberia; particularmente en Canadá el término esquimal cayo en desuso debido a que los pueblos encuentran esa denominación como peyorativa e impuesta , utilizan el termino Inuit que significa el pueblo.
La región que habitan desde tiempos antiguos es cruel en temperaturas, estéril en vegetación pero han demostrado ser un gran ejemplo de adaptación al medio y las limitadas condiciones que el medio brinda.
La conexión que planteamos en el presente artículo se remite justamente a la forma de vida y sustento que los pueblos del ártico mantienen, mostrando que el pasado perdura y los tiempos se conectan modificando ciertos elementos pero continuando tradiciones y prácticas como por ejemplo, la caza.
Ante la falta de vegetación o suelos propicios para el cultivo, se han mantenido desde tiempos ancestrales mediante la pesca y la caza, esta práctica se realiza con arco, arpones y flechas aunque en estos tiempos han adoptado armas de fuego. Dicha práctica continua con el ciclo de los animales, los cazadores migran de acuerdo a la estación, en el verano se acercan alas costas y viven de manera provisoria en iglú, durante el invierno vuelven a sus cabañas dedicando mucho tiempo a las artesanías y otras actividades. Suelen cazar focas, ballenas osos y morsas utilizando todo lo que obtienen carne, cuero, grasa, huesos, etc. Incluso sus antiguas embarcaciones suelen realizarse con piel de foca, denominadas kayaks y huesos de ballenas, en la actualidad muchos han implementado barcos a motor.
Otra particularidad que se a tornado muy cinematográfica pero que es real es la utilización de trineos tirados con perros los cuales permiten llegar a zonas muy difíciles por el hielo y la nieve.
Lamentablemente el mundo de hoy deja poco lugar para pueblos con forma de vida distinta al consumismo y la producción en masa, lo mismo vimos con los Tuaregs, la forma de vida de los Inuit choca con los intereses económicos que intentan explotar recursos de gas y petróleo.
Este mundo “moderno y de punta” del siglo XXI arrasa con la naturaleza, produce en forma desmedida y en su paso arrastra a cualquier sociedad que tenga otra forma de vivir distinta a al esteriotipo occidental capitalista.
Siguiendo con la temática central, la continuidad en prácticas de subsistencia centradas en la caza, esta actividad se encuentra en la génesis misma del pueblo el cual cuenta con una mitología chamanista y animista. En el origen, según su tradición, el hombre y la mujer se encuentran en la tierra sin animales, la mujer le pide al dios del cielo llamado Kaila que la poblara, entonces desde un agujero en el hielo comenzaron a surgir los animales, el último fue el caribú el más bello y el regalo encargado de alimentar a su pueblo.
En la actualidad la visión y el cuidado a los animales tiene mucha importancia en las sociedades occidentales las cuales condenarían a los pueblos del ártico por la continuidad de estas prácticas pero la contradicción se presenta de la siguiente manera, ¿en matar y procrear a gran escala o cazar lo necesario con las técnicas de sabiduría y preservación de la antigüedad?… la incógnita queda abierta y podemos concluir que aun han pueblos que conjugan, construyen y dan forma a un mundo que conecta el siglo XXI con tiempos muy lejanos.
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