Davinia Moreno / CENIEH
Un equipo multidisciplinar internacional, codirigido por Florent Détroit, profesor titular del Museo Nacional de Historia Natural de París (Francia), y Armand Salvador Mijares, profesor del Museo Nacional de Filipinas, ha descubierto una nueva especie de homínido que vivió en la isla de Luzón (Filipinas) hace unos 67.000 años. Este estudio ha sido publicado en la prestigiosa revista científica Nature y ha protagonizado su portada.
El primer fósil de esta especie, denominada Homo luzonensis, fue encontrado en 2007 en el nivel 14 de la cueva Callao (en el norte de la isla de Luzón), y se corresponde con un tercer metatarso de un pie. Inicialmente fue asignado al género Homo, ya que no se pudo especificar la especie a la que pertenecía. Las excavaciones arqueológicas realizadas entre 2011 y 2015 proporcionaron 12 nuevos fósiles humanos procedentes del nivel 14: 7 dientes, 2 falanges de la mano, 2 falanges del pie y 1 fragmento de fémur. El tercer metatarso y uno de los dientes han sido datados mediante series de uranio en 67.000 y 50.000 años, respectivamente.
Aunque son pocos restos, estos parecen indicar que podrían haber pertenecido a dos adultos y un niño. Los dientes, tres premolares y cuatro molares, son extremadamente pequeños y combinan características típicas de especies del Pleistoceno final como Homo neanderthalensis, Homo floresiensis y Homo sapiens junto con rasgos más primitivos encontrados en Australopithecus o Paranthropus. En cambio, los huesos de manos y pies son mucho más primitivos, comparables a los de los Australopithecus, que vivieron en África dos millones de años antes y cuyas extremidades estaban adaptadas a la vida arborícola.
Por sí solas, las características morfológicas observadas en estos restos se pueden encontrar en una o varias especies de homínidos. Es el conjunto de caracteres primitivos y modernos lo que ha llevado a los autores a sugerir una nueva especie dentro del género Homo.
La aparición de Homo luzonensis viene a complicar el ya de por sí complejo árbol genealógico del género Homo, al cual pertenece nuestra especie, Homo sapiens. Esta nueva especie podría ser una combinación de Homo erectus y Australopithecus, aunque ninguna de las muestras ha proporcionado ADN que nos permita corroborar o desmentir esta hipótesis.
Nos encontramos frente a un hallazgo que va a generar un intenso debate científico en los próximos años debido a la multitud de interrogantes que plantea sobre cómo se produjo y quién protagonizó la salida de África o cómo atravesó el mar y llegó a la isla de Luzón esta nueva especie. O, por el contrario, y al igual que Homo floresiensis en la isla de Flores (Indonesia), ¿es Homo luzonensis el resultado de una evolución insular con adaptaciones similares a las presentes en Australopithecus o tienen una relación directa con ellos?
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