1. La aplicación de las nuevas tecnologías se presentan como un nuevo escenario implícito en la manera de enseñar-aprender, entonces le pregunto ¿Qué nuevo rol debe tener un profesor en Historia en tiempos de las nuevas tecnologías.
E.C. Las nuevas tecnologías están modificando no solo las formas de conocer sino también las formas de sentir, la forma de vivir. La transformación está en curso y todo indica que invadirá el mismo cuerpo humano. Por lo tanto lo que podemos señalar es inicial y no concluyente.
Dicho esto, el docente de Historia puede incluir en sus clases el uso del celular y la computadora, para incentivar en sus estudiantes diversos sistemas de búsqueda. Creo que lo que antes hacíamos con las enciclopedias, los diccionarios, los mapas, y los textos documentados, es algo que hoy se puede hacer mejor con estos recursos tecnológicos y los dispositivos audiovisuales que contienen. Pero el sistema de búsqueda de información no remplaza la necesidad de explicación comprensiva. El docente sigue siendo entonces muy necesario para que el proceso de asimilación informativa genere la producción de un conocimiento significativo.
2. ¿Qué opinión pedagógica y didáctica le merecen actualmente los institutos terciarios en cuanto a la enseñanza de la Historia? ¿Están actualizados en cuanto a las nuevas formas de impartir la enseñanza en nuestro contexto nacional y mundial?
E.C. Todo depende del cuerpo docente que tiene la Institución. Si los docentes se perciben como profesionales en formación permanente e incluyen entre sus antecedentes asistencia a Congresos de Educación y además concurren con alguna regularidad a los Congresos de Historia que las Universidades organizan para difundir el estado de la investigación histórica, en cualquier área que les interese, entonces creo que son docentes que están en condiciones de enseñar con pasión lo que saben y transmitirlo a sus estudiantes.
3. ¿La Historia siempre la escriben los que ganan?.
E.C. En realidad no. La historia la escriben los/las historiadores/as, sobre los registros que dejan los que ganan y sobre las huellas ( y todo tipo de indicios, evidencias y también testimonios) que dejan los que pierden. Y además cada generación formula sus propias preguntas y busca nuevas respuestas en el pasado porque el presente vivido no es solo continuidad sino también cambio, y por eso hay que volver a mirar lo que parecía superado. La Historia exige una reescritura continua.
4. ¿Por qué es interesante Contar Historias Mínimas de la Historia Argentina? ¿Qué vivencias históricas nos quiere acercar según su relato?
E.C. Historias que vivió la gente común de la Historia en algunos lugares del territorio y en un lapso muy significativo para la Argentina actual, pues reviso la acción de los protagonistas en el momento inicial del desarrollo del país que hoy conocemos y que tiene sus raíces en la etapa que comienza en 1852 y concluye en 1930.
5. Hacer una crítica es parte del aprendizaje para poder seguir avanzando ¿Qué crítica constructiva realizaría usted al sistema educativo argentino para que se logre una mayor calidad? ¿Qué aporte piensa podría dar desde su carácter como profesional comprometido con la sociedad y la pedagogía en historia?
E.C. Por un lado creo que hay que jerarquizar la formación docente, y también incentivar al profesor/a, a todo el magisterio, con mejores condiciones de trabajo y calidad de la infraestructura de los establecimientos. Creo que en lugar de definirnos todos como trabajadores de la Educación tenemos que sentirnos profesionales de la Educación. Claro que implica una cuestión de estatus, no le tengo miedo a la palabra. En situaciones de carencia, con la autoestima baja, y la aflicción de no poder ayudar al semejante, no se pueden realizar actividades cognitivas satisfactorias.
Por otro lado creo que hay que tomarse más en serio las enormes dificultades materiales, logísticas, económicas y políticas, que significa hacer funcionar un sistema educativo que además es federal y por lo tanto muy desigual, pues depende de la gestión de los recursos de cada provincia, recursos que o son insuficientes o están muy mal aplicados, o directamente son insuficientes para sostener la cantidad de población educativa como es el caso de la provincia de Buenos Aires. Estas disparidades extremas conspiran para atender al sistema educativo en una misma mirada de conjunto. Pero además cuando las propuestas educativas que se esgrimen – ejemplo la educación finlandesa- refieren a experiencias en poblaciones ( Finlandia tiene 5 millones de habitantes) que caben todas en el área metropolitana, y se las discute como posibles soluciones, se advierte hasta qué punto es grave la falta de propuestas.
Gracias Ema.
Perfil de Ema Cibotti.
Es profesora de Historia egresada de la Universidad del Salvador y máster en Ciencias Sociales por Flacso. Se ha especializado en Historia Social Argentina, cuestión que aborda en diversas publicaciones académicas, y participa en proyectos de investigación sobre la violación de los derechos humanos durante el terrorismo de Estado.
La muerte de su hijo, Manuel Lischinsky de 18 años, atropellado en el Monumento de los Españoles, el 14 de mayo de 2006, la impulsó a integrar redes de lucha contra la violencia vial y es fundadora y presidenta de ACTIVVAS, asociación dedicada a combatir el flagelo de la inseguridad vial y defender, junto con otras organizaciones, el derecho de las víctimas.
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