El pensamiento análogigo en los niños. Primera Parte

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Nos posicionamos en defensa de una educación filosófica y nos cuestionamos por qué es importante destinar espacios al saber filosófico en la formación de nuestros niños, adolescentes y jóvenes. Consideramos la función formativa de la filosofía como reflexión comprensiva y crítica sobre toda la realidad; como elaboración de una concepción del mundo como totalidad que da sentido a la vida; y como sabiduría práctica capaz de orientar el obrar cotidiano de las personas.

Nuestro tiempo intenta mostrar su preocupación por los niños y la infancia proclamando “los derechos del niño” en un discurso, sobre todo mediático, que logra, en cierta medida, tranquilizar las conciencias. Por otro lado, los docentes (muchos de nosotros) somos concientes, que la práctica pedagógica en las escuelas está dominada por una imagen dogmática del pensamiento. Si buceamos en definiciones pedagógicas, antropológicas y filosóficas de infancia nos enfrentamos cara a cara con un mundo casi desconocido, con lo que no sabemos de la infancia, con su ignorancia y con la nuestra.

Pretendemos transformar nuestra relación con la infancia a través de la filosofía y la educación. Es más, sostenemos que la práctica de la filosofía con niños transforma de hecho, nuestra relación con la infancia y con la educación. Constituye un puente que nos aproxima, nos conecta, nos une de algún modo. Nos encontramos en un espacio para pensar juntos. Tal vez la práctica de la filosofía pueda abrir el espacio y sentidos educativos a otras voces. ¿Recuerdan a Herodes el Grande, aquel tirano que en su obsesión por eliminar al Mesías masacró a los inocentes de Belén y sus alrededores? El infanticidio de Belén está sucediendo en este preciso momento y esto no puede ser; no podemos seguir permitiéndolo. El desafío y la urgencia de este tiempo consisten en crear una tradición diferente a la de Herodes.

El infante es el que no tiene voz; el que carece de voz; de este modo, la infancia es una carencia. Walter Kohan, en su libro Infancia entre Educación y Filosofía, describe cómo se ha construido históricamente “cierto mito educacional en torno a la infancia” a través de Platón, Foucault y el mismo Lipman. Sostiene que en algunos diálogos de Platón se encuentran las raíces de un modo dominante de pensar la infancia que ha sido fundante en nuestra tradición occidental. Citando a Walter: “La visión platónica de la infancia se encuadra en un análisis educativo con intencionalidades políticas. La infancia es un problema filosóficamente relevante para Platón, en tanto habrá que educarla de una manera específica para posibilitar que la pólis que habitamos se acerque lo más posible a la polis normada. Esta idea se consolidó, cristalizó y sofisticó a través de algunas instituciones, como la escuela,  en las sociedades modernas europeas.”1

En Heráclito y Sócrates, como en Ranciere y Deleuze, en cambio, predomina un modo de entender la filosofía como actividad, como práctica. En Heráclito predomina una lógica del pensar que no se somete con docilidad a las reglas de una lógica tradicional, que se parece a la lógica de la infancia. Asimismo, el tiempo en él no es lineal y sostiene una actitud inquietante e inquietadora de espera. En Sócrates privilegiamos su sentido del preguntar, su modo de pensar y sostener las relaciones entre filosofía y política y, además, su modo no totalitario ni totalizador de pensar la educación.

Por todo ello, hoy proponemos instalar una idea diferente de infancia; ya no como edad cronológica sino como posibilidad afirmativa del pensar. Solemos mirar a los niños “desde arriba”, como tan sabiamente expresara Francesco Tonucci en su maravilloso libro Con ojos de niño; como adultos en miniatura, como aquello que van a llegar a ser: “adultos” a nuestra imagen y semejanza. Queremos conocer la niñez, adaptarla, moldearla, amoldarla, porque no podemos verla, no somos capaces, nos asusta. La niñez sigue siendo “otro”, lo aceptemos o no. Es por ello que proponemos la práctica de la filosofía con niños; porque creemos que tal vez a partir de esa experiencia, de esa práctica, los niños puedan ser más tranquilamente lo que son: niños.

Intentamos promover experiencias de pensamiento filosófico en las escuelas. No estamos afirmando con esto que la filosofía sea la salvación o la fórmula para resolver nuestros problemas, sino que su presencia en la escuela, junto a los otros espacios curriculares, posibilita una formación más integral y proporciona las herramientas para un trabajo en equipo, solidario, creativo y crítico. Los niños están preocupados por algunas ideas y admiran el mundo que les rodea. Por ello es oportuno ofrecerles algunas herramientas para desarrollar las habilidades del pensamiento que les posibiliten pensar filosóficamente la realidad. Estas habilidades sólo pueden desarrollarse en el contexto de una búsqueda dialógica  y colaborativa.

 

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

Lipman, M. y Sharp, A. M., En busca del sentido, Ediciones de la Torre, 1988.

Lipman, M., Pixie, Buenos Aires, Novedades Educativas, 2000.

Samaja, J., Epistemología y Metodología. Elementos para una teoría de la investigación científica, Buenos Aires, Eudeba, 1997.

Splitter, L.J. y Sharp, A.M., La otra educación. Filosofía para niños y la comunidad de indagación, Buenos Aires, Manantial, 1996.

Kohan, W. O., Infancia entre educación y filosofía, Barcelona, Laertes, 2004.

Waksman, V. y Kohan, W. O., ¿Qué es filosofía para niños?, Buenos Aires, Oficina de Publicaciones C.B.C., 1997.

Continuará el 20 de abril.

Citas Bibliográficas

 1 Kohan, W. O., Infancia entre educación y filosofía, Barcelona, Laertes, 2004, pág 40 y 41.       

2 Freire, Paulo, El grito manso, Buenas Aires, Siglo XXI editores Argentina, 2003, pág 21.

3Papert, S., Desafío a la mente, Galápago, Buenos Aires, 1987.

4Samaja, Juan, Para Una Mirada Panorámica del Proceso Semiótico de la Investigación Científica, texto inconcluso distribuido para uso exclusivo de los cursantes del Seminario de Procesamiento y Análisis de los Datos perteneciente a la Maestría en Metodología de la Investigación Científica de la Universidad Nacional de Lanús,

5 Sátiro, A., Evaluar la filosofía con niñas y niños: ideas y propuestas de trabajo en ¿Qué es filosofía para niños?, Buenos Aires, Oficina de Publicaciones C.B.C., 1997, Pág. 133.

 

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

Lipman, M. y Sharp, A. M., En busca del sentido, Ediciones de la Torre, 1988.

Lipman, M., Pixie, Buenos Aires, Novedades Educativas, 2000.

Samaja, J., Epistemología y Metodología. Elementos para una teoría de la investigación científica, Buenos Aires, Eudeba, 1997.

Splitter, L.J. y Sharp, A.M., La otra educación. Filosofía para niños y la comunidad de indagación, Buenos Aires, Manantial, 1996.

Kohan, W. O., Infancia entre educación y filosofía, Barcelona, Laertes, 2004.

Waksman, V. y Kohan, W. O., ¿Qué es filosofía para niños?, Buenos Aires, Oficina de Publicaciones C.B.C., 1997.

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Acerca de Adriana Passalia 12 Articles
Adriana Passalia es Profesora en Filosofía y Pedagogía por el Instituto Superior de Profesorado Sagrado Corazón, Licenciada en Calidad de la Gestión de la Educación, por la Universidad del Salvador, Especialista en Metodología de la Investigación Científica por la Universidad Nacional de Lanús. Y, en la actualidad, Maestranda en Metodología de la Investigación Científica, por la misma universidad.

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