El Holocausto (Shoá) en la efeméride escolar. Estela Cerono

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Las efemérides en nuestro país forman parte de la historia escolar que se reproduce en los programas y calendarios. Señalados con color como señala Perla Zelmanovich (1994)[1] en la práctica son momentos de repeticiones de palabras sin sentido, con poco interés para los jóvenes, de desencuentros entre objetos y sujetos de conocimiento. ¿Por qué tengo que escucharlo/la? Es la pregunta que suele aparecer en los actos escolares entre alumnas/os. Sería importante que los acercamientos fueran generadores de más preguntas, de preguntas de mayor complejidad que permitan abrir inquietudes entre los/las adolescentes.

Cuando un acto que conmemora un hecho del pasado se realiza en forma aislada, sin una historización, tiende a transformarse precisamente en una efeméride que solo responde a una obligación de los calendarios y no a una oportunidad de profundizar el conocimiento de los jóvenes sobre ese acontecimiento o sobre ese proceso.

En el caso de la Shoá, resulta sorprendente que se haya incorporado al calendario escolar con una fecha como el 27 de enero cuando sabemos que ese momento coincide con el período de receso anual por vacaciones previsto para las instituciones escolares. Es cierto que durante el ciclo lectivo hay otras fechas a nivel nacional[2] e internacional para poner en valor la memoria, pero no tienen el mismo peso que la normativa le ha dado al día de la liberación del campo de Auschwitz por el ejército rojo. Sabemos que las demás efemérides que están señaladas en el mes de enero son abordadas durante el ciclo lectivo porque forman parte de la historia argentina del siglo XIX y XX que el diseño curricular indica para historia. El hecho que se recuerde en el mes de enero convierte la etimología de la palabra efeméride (pasajero, de escasa duración) en el verdadero significado del día, en su umbral.

Su incorporación al calendario es bastante reciente y creemos, responde a la necesidad de instalar y formar una memoria y una identidad democrática, al igual, que respecto al estudio de nuestro pasado reciente relacionado con la última Dictadura y la guerra de Malvinas. Sin embargo, mientras no se inscriba la evocación en un programa educativo que asuma la responsabilidad transformadora de enseñar sobre la base del conocimiento, la emoción y la acción probablemente asistamos a la transmisión de un relato único reducido a la díada víctimas/victimarios.

Por otro lado, mientras no se modifique en las instituciones escolares la concepción de la efeméride como algo que entorpece el desarrollo de los contenidos curriculares y que resta tiempo a su abordaje, probablemente la enseñanza de la Shoá siga generando entre los docentes un sentimiento de extrañeza y ajenidad.

Hay muchos aspectos de la historia que todavía necesitan de una reflexión por parte de la sociedad y en tal sentido, es difícil que la escuela pueda llenar ese vacío; pero quizá sí pueda derribar barreras de silencio y hacer memoria con otros, elaborar modos de recordar, pensar, sensibilizar, analizar, interpelar, movilizar e interrogar a los eventos trágicos, a las historias de pérdidas y dolor. Es probable que exista alguna incomodidad en ese pasado porque algunos/as educadores tuvieron familias siendo parte de él. También sucede con la historia reciente en Argentina. Para quienes no tuvieron ninguna experiencia traumática directa o transmitida desde una generación anterior, explorar y evocar ese pasado de horror no debe reducirse al efectismo de imágenes y número de muertos; por el contrario, creemos que debe constituirse en una oportunidad real de aprendizaje, de reflexión ética, de esperanza.

La orfandad bibliográfica y referencial de muchos educadores/as constituye otro obstáculo para su inscripción y abordaje; para apropiarse del contenido quizá haya que interpelar las propias prácticas y la formación docente y de esa manera crear condiciones para generar espacios donde los jóvenes puedan desplegar sus potencialidades para conectarse, para indagar sobre la disparidad de visiones acerca de esos pasados. Abrir la efeméride a nuevas significaciones para que lo acontecido no permanezca desconocido y cosificado para las nuevas generaciones es un desafío de los/las docentes.

El término holocausto significa literalmente «todo quemado» o «incendio total»; deriva del griego ?????????? (holokáutoma), palabra compuesta de ???? (hólos) «todo» y de ?????? (káusis) «acción de quemar». Este término era usado tradicionalmente para referirse a los rituales del mundo antiguo en los que se quemaba un animal como ofrenda a un dios. Así, el término Holocausto aplicado al asesinato de los judíos a manos de los nazis, implicaría que la matanza de los judíos era una ofrenda a la divinidad, por medio de la cual los matarifes “lavarían” sus pecados. Por esta razón, y algunas otras, se suele considerar este término como inapropiado e inaceptable. Un número creciente de personas, especialmente en el ámbito judío, prefieren utilizar el término en lengua hebrea ???? (shoá), que significa «catástrofe» porque no tiene las connotaciones religiosas de holocausto. Shoá describe un fenómeno natural, una gran calamidad o cataclismo, sin ningún calificativo valorativo ni explicativo. La palabra hebrea le proporciona el sentido de que esto les ha sucedido a los judíos, el único pueblo designado para ser destruido en su totalidad por el nazismo.

El uso moderno de Holocausto aplicado al trato que los nazis dieron a los judíos aparece ya definido en 1942, en lengua inglesa en el diccionario Oxford, aunque no se generalizó hasta la década de 1950. El término genocidio fue también acuñado durante el Holocausto por el judío polaco Raphael Lemkin.

[1] Zelmanovich, Perla. 1994. Efemérides. Entre el mito y la historia. Buenos Aires. Paidós.

[1] Ejemplo de ello es la promulgación de la ley 26.809 que declaró al 12 de junio como “día de los adolescentes y jóvenes por la inclusión social y la convivencia contra toda forma de violencia y discriminación” en conmemoración al natalicio de Ana Frank.  Esta ley promueve la figura de Ana Frank como símbolo del protagonismo de los adolescentes y jóvenes en la lucha contra la discriminación, la violencia política y racial y a favor de la convivencia y la paz.

Cerono, Estela.Profesora en Historia. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación Universidad Nacional de La Plata. UNLP. Diploma Superior en Ciencias Sociales con mención en Gestión de las Instituciones Educativas. FLACSO. Diploma Superior en Pedagogías de las diferencias. FLACSO. Maestría en Educación. Tesis en proceso de escritura. Tema: la enseñanza de la Shoá en la escuela secundaria. UNLP. Vicedirectora en Escuela de Educación Secundaria N°17 de la ciudad de La Plata. Buenos Aires. Argentina. Vicedirectora en Colegio del Centenario de la ciudad de La Plata. Buenos Aires. Argentina. Contacto: [email protected]

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