El proyecto nació en abril de 2014 y sigue vigente, a partir de una permanente expansión que abraza a por lo menos diez países de Iberoamérica.
Su mentora es Daniela Leiva Seisdedos, una docente oriunda de la localidad de Bolívar (provincia de Buenos Aires) que llegó a La Plata a fines de la década de 1980 para estudiar Historia.
Desde entonces, sus continuas inquietudes nacidas en las aulas adoptaron otras dimensiones comunicativas, llegando a transformar las vivencias educativas en asuntos de divulgación llamadas a despertar otras áreas como la política, la ciudadanía y la sociedad en general.
En sus inicios, el espacio se presentó como una novedad que fue creciendo a la par de la masiva difusión de las redes sociales, que lógicamente impactan de manera favorable en la socialiación de ideas.
La revista El Arcón de Clio es un ámbito de encuentro entre actores docentes de distintos niveles y especialidades. El leit motiv de la publicación digital es «la educación como meta», siendo consecuente con una mirada plural e inclusiva de protagonistas esenciales que a diario deben lidiar contra las fragilidades de un sistema que los encuentra vulnerables, sobreexigidos y sin poder dar siempre respuestas a demandas cada vez más urgentes.
Si el continuo devenir del tiempo, caracterizado por el cambio y la velocidad, hacen que la acción y el efecto de reflexionar sean contraculturales a la época, la publicación mencionada propone una pausa en clave de crítica emancipadora. Lejos de quedar alojada en la queja y la resignicación, ofrece alternativas que permitan enriquecer humanamente las propuestas, para que de algún modo capaciten a maestros y profesores entregados a la soledad de un trabajo cuyos efectos no suelen reflejarse de manera inmediata, recibiendo así la estigmatización de amplios sectores de la sociedad que acusan a la escuela de no atender a las acuciantes problemáticas.
En los ejemplares que se editan con periodicidad de tres meses, son los docentes quienes toman la palabra y, entre muchos otros temas, cuentan experiencias escolares, miradas pedagógicas, innovaciones didácticas, cuestionamientos a legislaciones y reflexiones sobre las coyunturas del momento.
La invitación, de modo colaborativa, llega de parte de Leiva Seisdedos, quien además de ser ella misma autora de textos, a su vez cuenta con importante llegada a medios alternativos de alcance provincial, nacional, regional e internacional, pudiendo hacer entrevistas a funcionarios o distinguidas personalidades que con vocación explicativa ofrecen sus aportes para seguir interpelando a una actividad en construcción.
La valía de El Arcón de Clio reside en su apertura democrática y en una línea editorial que sale al encuentro de un rol partido y menospreciado desde hace décadas en los principales países que forman parte del colectivo interviniente. Asimismo, pone de manifiesto el vacío institucional que existe por parte de autoridades que no dan a la educación la dignididad y el prestigio que deberían tener en la sociedad.
Mientras esa caída expulsa los pedagogos, niega a los estudiantes y daña a la ciudadanía en su conjunto, la revista rescata a los olvidados y les devuelve la oportunidad de ser y de pertenecer.
Está claro que la salida es en conjunto y nunca en soledad.
Por todo lo mencionado y mucho más, va el deseo de larga vida a El Arcón de Clio, que siempre tiene en claro la defensa de los derechos de la educación.
Conocí a Daniela en el otoño de 2011, durante mis primeros años como docente. Un día fui a buscar trabajo en una escuela donde ella aún se desempeña. No recuerdo bien las circunstancias, pero al rato la encontré en una plaza lindera a la institución y me acerqué a ella, porque la había visto en los pasillos. Me presenté y la saludé. Sin detener sus pasos, sacó un papel y con lapicera escribió la dirección de una web. Era El Arcón de Clio, una página que nació antes de la revista. Me invitó a visitarla. Años después la volví a contactar, pero por otros motivos: ya trabajando en varias escuelas y con mis horas cubiertas, necesitaba un artículo didáctico para la materia Política y Ciudadanía. En la búsqueda por Internet, encontré un texto alusivo, que llevaba su firma. Inmediatamente recordé aquel primer encuentro casual, la contacté y tiempo después, además de entrevistarla para un libro propio, me convertí en colaborador de la revista. Descubrí en la colega a una persona humilde, solidaria y con genuinas convicciones. Por anécdotas así, pienso que la educación es uno de los mejores mundos posibles para ser feliz.
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