Educación pública en pandemia: las dos caras de la educación en Venezuela I Parte

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La educación es un derecho primordial que debe gozar todo ser humano, por ello reza la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) que: “Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental” (s/p) esta es nuestra premisa, universalmente todo tenemos potestad a la educación, en Venezuela no es la excepción, en nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) también lo es, por ello el artículo 102 donde expresa que: “la educación es un derecho humano y un deber social fundamental, es democrática, gratuita y obligatoria”(p.102), sin embargo, el acceso a ella está limitado por condiciones socioeconómicas precarias que lamentablemente incluyen tanto a docentes como a estudiantes.
En Venezuela la educación (tanto básica como universitaria) se divide en Pública y Privada, la mayoría de los venezolanos se inscriben en instituciones públicas que son de fácil acceso y no se cancela monetariamente casi nada, otros han migrado a la educación pública debido a los altos costos de las privadas incosteables por la situación de la pandemia, pero de algo debemos estar seguro, no estamos en el mejor momento para la educación pública. Debido a la pandemia del Covid-19 decretada en marzo del 2020 en el territorio nacional, poco a poco se ha ido paralizando el país, por ende también su economía.
Muchos docentes, antes la imposibilidad de poder hacer uso y tener acceso directo a herramientas tecnológicas han abandonado sus trabajos, el bajo sueldo que perciben ha ayudado a tomar la decisión dolorosa de abandonar las aulas, marcando así un futuro bastante lúgubre para la nación. Los profesionales de la educación, de cualquier especialidad, han ido poco a poco desempeñándose en diversas áreas no relacionadas a su currículo académico para poder sobrevivir; los estudiantes, no se han quedado atrás, muchos para ayudar a sus padres han buscado empleo, ya que los salarios que devengan sus representantes no pueden costear accesos a servicios de internet, computadoras personales o inclusive teléfonos inteligentes, menos alimentación y vestimenta, sumándosele al escenario, la precariedad de los servicios públicos en muchos estados.
Hoy en día, es prioridad comer y no educarse, eso se ha revelado desde el inicio del año escolar 2020-2021. Los docentes de las instituciones públicas, muy pocos, han acudido al llamado de inicio de clases: los que están intermitentes es por las constantes amenazas de arrebatarles un sueldo que no les alcanza ni para comer; otros en cambio, los vemos en la calle vendiendo chucherías, haciendo tareas domesticas a otros, dando clases particulares o haciendo cualquier otra actividad. Mientras el Estado promueve un inicio de año escolar exitosos con herramientas a distancias que no existen, una cara totalmente diferente para el mundo de “felicidad y oportunidad para todos”, el docente y los estudiante tratan de sobrevivir con un sueldo de menos de 2 dólares quincenal, con un país que tiene una canasta básica que se puede adquirir con 16 sueldos mínimos que ningún venezolano percibe mensualmente.
Efectivamente, es un derecho humano fundamental que el Estado no puede asumir por el debacle económico, el docente no debe asumir por sus propias condiciones personales y el poco apoyo del Estado y el estudiante no cree poder llegar más allá con un título vacío de bachiller viendo las condiciones de los profesionales, sobre todo de la Educación. Pero, no todo es malo, muchos docentes han podido seguir ejerciendo sus carreras apoyando a grupos pequeños para que puedan tener un mejor aprendizaje este año, cobrando módicas sumas, que paradójicamente, son mayores a sus ingresos mensuales, no en aula por supuesto y algunos representantes conscientes de la situación-país han buscado asesoría para que sus hijos puedan vislumbrar en Venezuela un futuro brillante. No descartamos ese futuro, como docentes no abandonamos la idea de que un Mundo Mejor se dará si y solo sí hay una Educación de Calidad en el país, Nuestra Moral y Nuestra Ética está intacta y aunque tengamos estás adversidades la meta seguirá siendo siempre conseguir la Mejora Educativa, porque “Mientras existan maestros de pie, no habrá pueblo que viva de rodillas”.
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Acerca de Delia Estanga 17 Articles
Mi nombre es Delia Estanga, soy Licenciada en Educación Mención Historia graduada de mi Amada Universidad Central de Venezuela en Caracas, allí también estoy terminando mi carrera de Historia (de base). Actualmente soy Magister en Historia Militar, Licenciada en Emergencias Prehospitalarias y estoy activa haciendo un Doctorado en Historia. Me apasiona mi carrera de Educación y sobre todo el Tema de Historia. Nací en Caracas.Como Docente, hay que ser el ejemplo para las futuras generaciones, por lo que, cada día me empeño en tener mayor y mejor conocimiento, en actualizarme con las temáticas y las estrategias. Escribo sobre Gestión Educativa y Pedagogía

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