Educación Física, emociones y autismo. España

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El texto fue escrito en forma conjunta por Elisa García Obrero  y Raul Reina Alonso para la Revista Educativa El Arcón de Clio

El objetivo que persigue esta publicación y una de nuestras metas como docentes de la asignatura de Educación Física (EF) es sostener e incrementar su importancia. Debemos dejar atrás el viejo concepto que tenemos sobre la EF; existe una desvalorización real, reflejada en el descenso de horas en el currículo escolar, sumada a la categorización de “maría” e “inútil” (Albarracín et al., 2014). Es necesario contribuir entre todos al prestigio de la asignatura, hacer ver a nuestros compañeros más reacios que la EF es una fuente de salud y mejora en las relaciones sociales, la autoestima, la motivación, la atención e, incluso, la convivencia en los centros educativos. A su vez, en el presente escrito defendemos la Educación Emocional como gran aliada de la asignatura, pues es una herramienta de ayuda en el desarrollo integral del alumnado acorde a los beneficios generados por la práctica físico-deportiva.

La Educación Emocional, para aquellos que no se sientan identificados con esta materia, es una innovación educativa que se justifica en las necesidades sociales de los seres humanos (Bisquerra, R. 2003). Este mismo autor define de forma muy concreta a qué nos referimos con Educación Emocional, tratándose esta de un proceso educativo, continuo y permanente que pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo. De esta forma, ambos, constituyen los elementos esenciales del desarrollo de la personalidad.

Para comprender las aportaciones que puede facilitar la EF a la Educación Emocional debemos, primero, atender a la definición de salud presentada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948, mantenida hasta nuestros días: “es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Como se puede apreciar, trabajar la Educación Emocional mediante la EF ayuda a mantener y cultivar los tres componentes de la definición de salud. Esto mismo lo reflejan Fernández y Navarro (1989), observando la existencia de cuatro ámbitos que constituyen la base de la EF. Estos son:

  • Aspecto físico: centrado en el conocimiento del sistema anatómico y fisiológico del cuerpo. Nuestro cuerpo consta de una movilización física que nos permite llevar a cabo diversos movimientos y una organización energética que administra los recursos energéticos que utilizamos para la práctica física.
  • Aspecto motriz: Este aspecto se centra más en el sistema neurológico, para conocer como coordinamos nuestros movimientos en base a los estímulos recibidos por los sentidos.
  • Aspecto afectivo: abarca todo lo referente a emociones, adopción de actitudes, sentimientos, intereses, actuaciones, dentro de un marco de relaciones espacio/tiempo con o sin objetos.
  • Aspecto social: Se encarga de las relaciones interpersonales, interacciones entre diferentes personas.

Pese a que han pasado años de esta publicación, dichos ámbitos se mantienen hoy en día en la asignatura (Miralles, Filella y Lavega, 2017). Concretamente, los dos últimos aspectos a los que se refieren Fernández y Navarro son con los que podemos introducir la Educación Emocional en la EF. Esta asignatura es multidisciplinar, y nos permite entender el cuerpo no sólo como un conjunto de músculos, huesos y articulaciones con sus conexiones biomecánicas, sino también, como un conjunto de pensamientos, sentimientos que es capaz de escuchar y de expresar (Pellicer, 2018).

Para dar vigor a estas líneas, como docentes hemos de situar nuestra prioridad en el conocimiento de la persona, dotando de valor y derecho a su ser. En este proceso se ha de tener en cuenta el trato y atención hacia la diversidad, inherente a cualquier ser vivo que habite en la tierra. Debemos frenar la escuela que busca la homogeneidad (Colmenero, 2015) y las pretensiones sociales asentadas en paradigmas de uniformidad.

La EF actualmente aúna su preocupación tanto por la educación inclusiva como por el trabajo de las emociones. Se calcula que las personas con discapacidad son el 15% de la población total (Sánchez et al., 2019); sin embargo, la sociedad y la escuela se encuentran repletas de barreras físicas, personales e institucionales que limitan continuamente la inclusión efectiva (García, 2019). Bajo este escenario ubicamos el Trastorno del Espectro Autista (en adelante, TEA), Trastorno Generalizado del Desarrollo que encuentra su diagnóstico muy incrementado en los últimos años. A nivel mundial, el índice de personas con TEA es de 1 por cada 68 nacimientos (André et al., 2020). Si bien no están determinados ni evidenciados los motivos de su aumento, sí está demostrado el impacto de los entornos y ambientes en las personas con TEA.

El autismo es un trastorno de origen neurobiológico adherido a un patrón psicológico, lo que sustenta el TEA en dos pilares: biología y psicología. Hoy en día, las investigaciones actualizadas sobre el TEA se orientan al estudio de características de corte cognitivo, el replanteamiento de las viejas teorías afectivo-emocionales, la mejora en las técnicas de intervención y la situación de la educación y la escuela como vía directa en la mejora de diagnóstico (García y Polaino, 2011).

Las características más reseñables trazadas por el TEA son la alteración en la sociabilidad, alteración en la comunicación verbal y no verbal e intereses restringidos (Sánchez et al., 2019). La EF puede ser un espacio muy potente de intervención terapéutica, visto como herramienta de mejora en las personas con TEA en la capacitación psicomotriz, adaptación e inclusión (Fernández, 2011). Esto se debe, entre otras cuestiones, a la capacidad socializadora que caracteriza a esta asignatura y que mencionábamos en líneas anteriores con en el aspecto social del que hablaban Fernández y Navarro (1989). De esta forma, la EF se convierte en un espacio dónde el alumnado con TEA puede desarrollar e incrementar sus habilidades sociales como la empatía, la comunicación o la negociación, mediante juegos y actividades en las que perciban un interés o motivación intrínseca.

Como señalábamos al principio del artículo, son numerosos los beneficios de la práctica físico-deportiva en el alumnado, quedando a su vez reflejado el impacto positivo de todos ellos en las personas con TEA en relación con las características del trastorno. Es necesario que la EF adopte un enfoque no sólo inclusivo, sino emocional, para ser capaz de ayudar a la escuela a romper déficits como prejuicios y/o metodologías e ideas tradicionales arraigadas. Es urgente crear un espacio donde todas las personas tengan derecho a ser socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres.

Los valores que transmite el deporte son indisolubles de un concepto tan abstracto como valioso e inefable: la felicidad (Drobnic et al., 2013).

 Elisa García Obrero y Raúl Reina Alonso.

 Bibliografía

Albarracín, A., Moreno, JA. & Beltrán, VJ. (2014). La situación actual de la educación física según su profesorado: Un estudio cualitativo con profesores de la Región de Murcia. Cultura, Ciencia y Deporte, 9, 225-234.

André, TG., Valdez, C., Ortiz, RE. & Gámez, ME. (2020). Prevalencia del trastorno del espectro autista: una revisión de la literatura. Jóvenes en la ciencia, 7, 1-7.

Bisquerra, R. (2003). Educación emocional y competencias básicas para la vida. Revista de Investigación Educativa, 21.

Colmenero, MJ. (2015). Caminando hacia una educación inclusiva. Caminando hacia una sociedad inclusiva. Iniciación a la investigación -revista electrónica Universidad de Jaén-, 6, 1-18.

Drobnic, F., García, A., Roig, M., Gabaldón, S., Torralba, F., Cañada, D., González-Gross, M., Román, B., Guerra, M., Segura, S., Álvaro, M., Til, L., Ullot, R., Esteve, I. & Prat, F. (2013). La actividad física mejora el aprendizaje y el rendimiento escolar. Los beneficios del ejercicio en la salud integral del niño a nivel físico, mental y en la generación de valores. Esplugues de Llobregat (Barcelona): Hospital Sant Joan de Déu.

Fernández, G Y Navarro, V. (1989), Diseño curricular en Educación Física. Barcelona: Editorial INDE.

Fernández, J. (2011). La actividad físico-deportiva como base para la integración en el área de educación física: autistas. EmásF, revista digital de educación física, 8, 24-31.

García, D. & Polaino, A. (2011). El autismo y las emociones: nuevos hallazgos experimentales. Valencia: Promolibro.

García, M. (2019). La importancia de la formación integral en los procesos de inclusión de estudiantes con discapacidad cognitiva. Rehuso, 4, 46-57.

Miralles, R., Filella, G., & Lavega, P. (2017). Educación física emocional a través del juego en educación primaria: ayudando a los maestros a tomar decisiones. Retos: Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación, 2017, num. 31, p. 88-93.

Organización Mundial de la Salud (1948). Constitución de la Organización Mundial de la Salud [Documento en línea]. Disponible: https://www.who.int/governance/eb/who_constitution_sp.pdf [Consulta el 04/08/2020].

Pellicer, I. (2018). “Educación Física Emocional: De la teoría a la práctica”. Barcelona: Editorial INDE

Sánchez, J., Sánchez, A., Pastor, JC. & Martínez, J. (2019). La formación docente ante el trastorno del espectro autista. Revista Euroamericana de Ciencias del Deporte, 8, 59-66.

 

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Acerca de Raúl Reina Alonso 3 Articles
Graduado en Educación Primaria con Mención en Educación Física por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Máster en Psicopedagogía por la Universidad de Alcalá de Henares y Educador Infantil. Nacido en Leganés, ciudad del sur de la Comunidad De Madrid, situada a unos quince kilómetros de la capital de España. Nada más acabar la formación obligatoria me decido por centrar mi carrera académica hacia la educación, convirtiéndose en una vocación activa en la que no he dejado de crecer como profesional. Desde que comencé en esta profesión como Educador Infantil nunca he sentido la necesidad de parar de aprender y enseñar sobre diversos temas como: educación emocional, diversidad, metodologías innovadoras, liderazgo educativo, el deporte en la educación, TEA, TDAH, etc. En la actualidad me dedico a coordinar y gestionar actividades en una empresa de actividades extraescolares mientras preparo las oposiciones para el cuerpo de maestros. He trabajado como coordinador y monitor de ocio y tiempo libre en campamentos y como educador infantil en diversas escuelas infantiles. Cuento con experiencia como psicopedagogo y orientador en una asociación que se dedica a trabajar con personas con TEA llamada YUNA. Español escribe sobre Pedagogía

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