El 17 de septiembre se conmemora el Día del Profesor argentino en honor al profesor, escritor y periodista José Manuel Estrada quien falleciera ese mismo día en 1894. Además de escribir numerosas obras sobre la educación, Estrada se desempeñó como Diputado Nacional y fue Rector del Colegio Nacional de Buenos Aires.
No es una fecha muy popular, ni siquiera en los ámbitos académicos, pues generalmente se asocia al educador con el Día del Maestro en honor a Domingo Faustino Sarmiento.
La Real Academia Española define el término Profesor como persona que ejerce una ciencia o arte. Aunque el sistema educativo argentino exige una formación profesional para aquellos que deseen especializarse en una asignatura a dictar en los niveles primario, secundario y superior no universitario, muchas universidades no priorizan la capacitación pedagógica de sus docentes.
Es importante que desde los organismos jerárquicos responsables del planeamiento educativo se exija la capacitación de aquellos profesionales que no se han formado para dictar clases, pues el dominio de su ciencia o arte no los exime de conocer los fundamentos de la pedagogía. Dominar el arte de enseñar, además de los conocimientos propios de cada campo disciplinar, le permite al profesional desarrollar y aplicar creativamente el uso de herramientas didácticas, innovar en las prácticas educativas y analizar procesos de aprendizaje desde perspectivas teóricas fundamentadas.
Celebrar y rememorar el 17 de septiembre como Día del Profesor podría contribuir a jerarquizar el rol del Profesor en todos los ámbitos académicos. Debemos aprender a enseñar, porque la vocación docente no es sinónimo de enseñanza de calidad; no basta para desempeñar nuestra tarea con idoneidad. La pasión por transmitir y por enseñar a construir conocimiento también reconoce la importancia de la capacitación continua, la reflexión sobre la propia práctica docente y la necesidad de adaptarse a los cambios.
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