En este trabajo presentamos experiencias de escuelas infantiles de gestión pública de la Ciudad de Buenos Aires, que dan cuenta de cambios en los sentidos didácticos de la incorporación de tecnologías digitales a partir de la pandemia de COVID19. Compartiremos algunas experiencias pedagógicas con diversos usos de las pantallas, realizadas con niños y niñas de 4 y 5 años. En los últimos tres años atravesados por el contexto de pandemia, se identificaron diferentes etapas en las escuelas infantiles. Aquí nos centraremos en la etapa de confinamiento, en la que las clases de educación infantil se basaron exclusivamente en el uso de pantallas. Para analizar este momento nos basamos en algunos interrogantes: ¿Qué cambios se observaron en las prácticas y propuestas pedagógicas en las aulas luego de atravesar este “sacudón tecnológico”? (Sajoza, 2020) ¿Qué estrategias pedagógicas se desplegaron para trabajar la grupalidad? ¿Qué características podemos identificar en estas propuestas que dan cuenta de una inclusión genuina de las tecnologías (Maggio, 2012a)?
Introducción
Enseñar es un proceso que lleva a la docencia a revisar sus prácticas una y otra vez, ante la necesidad de generar nuevas construcciones de sentido para sus estudiantes en relación con sus acciones e interacciones en el escenario cotidiano.
Las escuelas infantiles de la Ciudad de Buenos Aires, desde 2016, cuentan con atelieres digitales, estas tecnologías (proyector, computadora portátil, tablets, parlante, micrófono e internet), dieron lugar a nuevas ecologías institucionales: los ambientes de alta disposición tecnológica son una oportunidad para enriquecer los procesos de enseñanza y aprendizaje (Maggio, 2012a).
Con los atelieres en las escuelas, el desafío para los docentes se centró en analizar y elegir qué usos pedagógicos proponer. Incluir tecnologías digitales en una propuesta requiere que las y los docentes tomen decisiones: ¿qué criterios guían esta elección? ¿la familiaridad, el uso cotidiano, la pertinencia en relación a sus propósitos de enseñanza?
Como facilitadoras pedagógicas digitales (fpd) trabajamos en las escuelas junto a los docentes en pareja pedagógica. Nuestro rol es acompañar en la planificación e implementación de propuestas pedagógicas con tecnologías. Para ello se habilitan espacios institucionales donde los docentes exploran y analizan desde una perspectiva reflexiva y crítica, qué, cómo, para qué y cuándo incluir tecnologías en sus clases. El objetivo final es enriquecer los procesos de aprendizaje de las infancias, donde se propicie una inclusión genuina que reconoce cómo las tecnologías atraviesan las formas en las que se produce y transforma el conocimiento (Maggio 2012b).
Algunas experiencias que presentamos forman parte de la convocatoria de proyectos y experiencias innovadoras con Educación Digital organizada por el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires. Esta forma parte del Plan Integral de Educación Digital (PIED) y está dirigida a los docentes y equipos de gestión de escuelas de gestión pública, de todos los niveles educativos de la Ciudad de Buenos Aires que forman parte del mismo.
Método / Descripción de la experiencia
Elegimos algunas experiencias de la etapa de confinamiento y suspensión de la presencialidad que están documentadas y publicadas en la convocatoria 2020, en el Campus Virtual de Educación Digital, y algunas de nuestras experiencias en las escuelas donde nos desempeñamos como fpd. El objetivo es analizar el devenir en la incorporación y apropiación de tecnologías que permitan dar cuenta del proceso de recurso a inclusión genuina a partir de la llegada de los dispositivos a la escuela y de cómo impactó el “sacudón tecnológico”.
El juego a través de las videollamadas
En varias clases las docentes propusieron juegos compartidos en la videollamada, en general con la complicidad de las familias a quienes se les anticipaba la propuesta para tener los objetos necesarios a disposición. Si se observaba la pantalla de la videollamada, quizás los niños/as “no estaban” ahí, sino que iban y venían buscando los objetos o armando construcciones con estos según las propuestas docentes. El juego no implicaba estar visible en la pantalla en todo momento, pero la videollamada marcaba el momento de encuentro del grupo, en el que todos jugaban a la vez desde sus casas.
La indagación del ambiente natural y social cercano
Una docente abordó como tema el agua y sus estados. Seleccionó una serie de experimentos que publicó en un mural digital (creado en Padlet) y lo compartió con sus estudiantes para que puedan realizarlos en sus casas. Así este mural digital se transformó en el punto de encuentro para compartir lo que cada niño/a experimentó en casa, estimulando la autonomía de las infancias con ayuda de sus familias. (Ver en La sala de cinco experimenta con agua).
La construcción de historias
En la mayoría de las escuelas la aplicación Whatsapp fue clave para la comunicación. En una escuela del sur de la ciudad, esta comunicación con familias y estudiantes se dio a través de grupos de Whatsapp. Surgió de las docentes la propuesta de abrir un espacio de intercambio en el mismo grupo, en un día y horario específico (una hora) para que sean las infancias quienes tomen la palabra mediante la grabación de audios. En uno de esos encuentros, a partir de preguntas inspiradoras de las docentes las infancias crearon esta historia (¡Dale campeón! #LosNiñosYLasNiñasDicen) en forma colaborativa.
También hay registro de una nueva versión del cuento Caperucita Roja (Un cuento y sus diferentes versiones «Caperucita Roja») a partir de la creación de la historia, luego de que la docente leyera varias versiones, cada niña/o hizo una ilustración de una parte, grabaron sus voces con el relato y la docente realizó el armado de un libro digital. Con esta propuesta de enseñanza la docente invita a las infancias a explorar una variedad de plataformas y pantallas para rodear los contenidos y objetivos de su planificación.
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