1. Hay un debate entre ¿educación a distancia o sin distancia?
El debate así planteado es una falacia porque está claro que la educación virtual y el uso de tecnologías que en la pandemia se vio acelerado, vino para quedarse y a formar parte de la cotidianeidad, pero no puede reemplazar la presencialidad, porque nosotros aprendemos como personas en la presencialidad y en el contacto con el otro, desde el debate y no solo de la transmisión del conocimiento, por eso la educación a distancia viene a ser un complemento al proceso educativo que se desarrolla generalmente.
No es que una modalidad esté enfrentada a la otra, tenemos que saber que la presencialidad en la mayoría de los niveles y en las distintas cuestiones de formación es central, pero que también la virtualidad puede apoyar a distintos trayectos formativos como complementos, como refuerzo en caso que sea necesario.
El reto que enfrenta la educación a distancia es la confirmación de este modelo híbrido, que tiene que ver justamente en como equilibras la presencialidad con el apoyo de la virtualidad, pero también cómo se replican y se mejoran las condiciones de interacción que ocurren en la presencialidad en los modelos y espacios de enseñanza virtual, cómo la enseñanza virtual tiene un significado en sí mismo, diferente a lo que ocurre en la presencialidad, qué rol va a tener la educación virtual en los procesos de enseñanza presencial.
2. El concepto de calidad de la educación conlleva posicionamiento político, social y cultural frente a lo educativo. ¿Usted en que tópicos pone énfasis al hablar de un proyecto educativo de educación desde su espacio político?
Creemos que la educación es el principal motor de desarrollo para el ascenso social, eso significa entonces, que necesitamos una educación de calidad que garantice no solo la formación en contenido sino también la formación docente, la acreditación de los parámetros de calidad y, sobre todo, la formación de competencias en los jóvenes y niños para que puedan afrontar los niveles superiores de formación y también la incorporación al mundo socio productivo. Esto requiere de una política fuerte, hay que concentrar los esfuerzos en que los estudiantes incluidos progresen y se gradúen. Necesitamos tener un capital humano mejor y más formado para afrontar el desarrollo del mundo productivo, mayores y mejores niveles de formación. Eso hay que garantizarlo desde el Estado con una mirada estratégica central de la educación en términos de inversión y de política.
3. Goethe decía “La corrección hace mucho, pero el estímulo más”, según su experiencia como profesora ¿Qué estímulos están faltando en nuestro país para que la educación sea más inclusiva y por ejemplo en las Universidades no haya tantos alumnos crónicos?
Los estímulos o incentivos que faltan tienen que ver con la dedicación que esos estudiantes pueden brindar a la formación universitaria y en el caso de la secundaria nos está faltando el para qué, el real significado que tiene la escuela secundaria.
En el caso de la universidad, la verdad es que los alumnos crónicos no representan un número tan importante ni tan significante, lo que si preocupa es que los estudiantes tarden mucho más tiempo del esperado en graduarse. En este sentido, hay que dar dos discusiones, por un lado, los estudiantes universitarios argentinos en su gran mayoría no se dedican a tiempo completo a estudiar sino que por cuestiones socio económicas también trabajan y, por otro lado, la cuestión tiene que ver con la extensión de las carreras en la Argentina, con la poca adaptabilidad que estas carreras tienen a las realidades de los estudiantes. Por lo tanto, es necesario dar un debate en términos de instituciones y en términos de dedicación de estudiantes para que efectivamente se pueda diseñar una política de estímulos.
Gracias Diputada.
Danya Tavela. Nació en Chivilcoy en 1980. Fue elegida para integrar el directorio de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU) por parte del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN).Contadora y docente. Vicerrectora UNNOBA Candidata a diputada nacional. Estudió en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), donde forjó su militancia en la Franja Morada, el frente universitario de la Unión Cívica Radical. Actualmente vive en Junín.
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