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Al declararse la Independencia de Bolivia, en agosto de 1825, surgió el problema de TARIJA, QUE SIEMPRE HABÍA PERTENECIDO A LA GOBERNACIÓN DE SALTA. EL Gobernador de Salta, Antonio Alvarez de Arenales, ordenó al cabildo de Tarija que eligiera sus representantes para remitir a la legislatura provincial salteña y diputados para el Congreso Nacional reunido en Buenos Aires.
Luego de idas y vueltas en los que el libertador de Bolivia, mariscal Antonio J. De Sucre, se negaba a reintegrar a Tarija a las Provincias Unidas del Río de la Plata, Bolívar decidió entregar la provincia a los que consideraba sus legítimos dueños por herencia del poder español. Sin embargo, los tarijeños decidieron incorporarse al congreso Boliviano y éste ratificó la medida en octubre de 1826.
Entre 1826 y 1834, las provincias del norte Argentino : Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca, estuvieron en continuas guerras civiles, unas por independizarse de las otras, o bien para aumentar sus territorios a costa de las otras.
En octubre de 1832, un grupo revolucionario integrado por José Ignacio Gorriti, Napoleón y José Güemes y Manuel Dionisio Puch, derrocó al gobernador salteño Pablo Latorre, instalando en el poder al coronel José María Saravia. Esta invasión, apoyada por fuerzas bolivianas , fué derrotada en pocos días por el depuesto gobernador Latorre, quien recuperó su cargo, y sirvió para tensar las relaciones argentino – bolivianas.
Así es que en noviembre de 1834, el gobernador de Tucumán Alejandro Heredia, escribió una carta a Rosas manifestándole que existía un complot para incorporar el territorio de Salta a Bolivia, razón por la cual invadió la provincia de salta y propició la separación jujeña de esta provincia.
Para intervenir en estos conflictos, que cada vez eran más graves, Rosas envió como mediador al caudillo Juan facundo Quiroga.
Por mediación del caudillo riojano, las provincias de Salta, Tucumán y Santiago del Estero firmaron un acuerdo de paz en febrero de 1835. A su regreso de este viaje, Quiroga fué asesinado en Barranca Yaco (Córdoba). Poco tiempo después, se reiniciaron las hostilidades entre Jujuy y Tucumán hasta que Heredia colocó a su hermano (Felipe) al frente del gobierno de Salta y Eustaquio Medina al frente de Jujuy.
A estos conflictos interprovinciales debe agregarse, para agravar la situación del norte, que el general Andrés Santa Cruz, presidente de Bolivia, apañaba a los refugiados unitarios en su lucha contra Rosas, por lo que eran frecuentes los ataques de unitarios argentinos que posteriormente volvían a huir a Bolivia y también ello era lo que daba pié a pensar que Bolivia quería anexar una parte del norte argentino con el apoyo de los unitarios.
En octubre de 1836 llegó Buenos Aires un embajador de la república de Bolivia, encabezada por el general Santa Cruz. Este plenipotenciario venía con la misión de formalizar un tratado de paz y amistad con el gobierno Argentino encabezado por Rosas. Este rechazó las credenciales del boliviano aduciendo que estaban dirigidas ante el gobierno de Buenos Aires cuando en realidad, para tratar temas de política exterior, debían estar dirigidas al gobierno de la Confederación Argentina.
Por su parte, Rosas comunicó al gobierno de Chile, que en el mes de septiembre del mismo año, había convenido con el embajador chileno Francisco Javier Rosales, un acuerdo de paz y alianza ofensivo – defensiva con Chile en contra el gobierno de Santa Cruz.
En noviembre de ese año, Chile declaró la guerra al Perú ya que los peruanos ayudaban a los partidarios de Ramón Freire en las contiendas civiles chilenas , y acto seguido, Bolivia declaró la guerra a Chile.
En febrero de 1837, Rosas suspendió las comunicaciones con Bolivia, lo que implicaba casi, una declaración de guerra y se cerraron las fronteras
Aunque aún no se había declarado formalmente la fuera, una columna boliviana traspasó la fronteras y apresó al coronel José Cáceres, que se encontraba reclutando hombres en Cochinoca (Jujuy) cerca de la quebrada de Humahuaca. Inmediatamente después, Rosas comunicó al gobierno de Chile su intención de declarar la guerra a Bolivia.
En Tacna, los gobiernos de Perú y Bolivia conformaron la Confederación Peruano Boliviana, designando presidente al general Andrés de Santa Cruz y Rosas le declaró la guerra a esta nueva confederación.
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