Hoy en día nos preguntamos ¿Para qué sirven los próceres argentinos? La respuesta parece simple, pues para hacer este país nuestro, con gente que vivió por este país.
Nuestros próceres nos dan una señal de esperanza porque ellos eran simples seres humanos que hicieron cosas grandes, pensaron en los otros no en ellos, eran líderes no jefes.
Manuel Belgrano, es uno de ellos, él quiso forjar el mejor destino para Nuestra Patria, y lo realizó con simples hechos y palabras que hoy están en debate como la justicia y generosidad. Su vida estuvo llena de bondad y entrega, pero era un hombre común que hizo cosas grandes para con la libertad, estas cosas las hizo con gratitud, inteligencia y sobre todo honradez. Fue uno de los que más se preocupó por la educación, considerándola un elemento fundamental para el progreso de una nación; también por la economía, y la ecología.
Fue un argentino con todas las luces, capaz de pensar en todos los aspectos que hacen al futuro de un país y defenderlo con la palabra y con las armas, porque en aquella época todo se defendía así. Por eso en este día en el que recordamos su muerte, el mejor homenaje que pensamos que se le debe hacer está relacionado con el esfuerzo, la educación y el patriotismo.
Y por que fue él, don Manuel Belgrado, el creador de nuestra enseña patria de nuestro símbolo que nos hace conocer como argentino ante el mundo.
Hizo grandes aportes en la educación en una época en donde no había escuelas para niñas; él quería crearlas porque pensaba que para ser buenas madres las mujeres debían educarse, por lo que brego por una educación gratuita para todos.
Hablar del General Manuel Belgrano, es hablar de alguien que nos legó valores incalculables. Valores que quizás hoy formen parte de una historia lejana o anecdótica pero que si fuéramos capaces de retomarlos y hacerlos propios, podríamos llegar a concretar muchísimos Sueños. Por todo lo que es Belgrano para nosotros y por lo que hizo por nuestra educación lo tendríamos que tener siempre presente como guía y ejemplo a seguir para mejorar nuestro país.
Belgrano tuvo una concepción predominantemente nacional, en la que lo nacional equivalía a lo americano, y siempre antepuso los intereses de la Patria a los de los partidos, sectores o individuos.
A Belgrano le preocupaba y se interesaba mucho por los problemas que tenía la gente que vivía aquí, en nuestro territorio pero sus preocupaciones eran las de un estadista supo ver el devenir de los tiempos en esa época. Y voy a hablar de la muerte de Belgrano, porque dice un poeta por ahí que uno se muere como vivió.
En mayo de 1820, a los 50 años, Belgrano estaba en Buenos Aires gravemente enfermo y sin dinero. Solicitó al Gobierno los trece mil pesos de sueldos atrasados que le debían desde hacía años. Tras muchos trámites y demoras, sólo le entregaron una mínima parte. Como ya no le quedaba nada le obsequió a su médico, que lo había atendido gratis, un reloj de oro diciéndole: “Es todo cuanto tengo”. Y luego, como última reflexión, agregó: «Pensaba en la eternidad donde voy y en la tierra que dejo. Yo confío en que los buenos ciudadanos trabajarán para remediar sus desgracias.
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