La organización, que nuclea a importantes expertos educativos del país, destaca la relevancia de continuar con las pruebas estandarizadas de aprendizaje y valora el desarrollo de nuevos instrumentos de evaluación. A su vez, reafirma que la evaluación debe consolidarse como una política de Estado con previsibilidad en su implementación y transparencia en la publicación de sus resultados.
Resaltamos, también, la necesidad de mantener la periodicidad y la previsibilidad de la evaluación educativa en la Argentina. Los vaivenes en la implementación de las evaluaciones estandarizadas –de periodicidad anual, bienal y trienal en estos 28 años de existencia de las pruebas ONE/Aprender– generan incertidumbre a los actores del sistema educativo y dificultan su consolidación como política de estado. En este sentido, consideramos que es necesario que se concrete una agenda de evaluación para los próximos años.
En el marco de la realización de las pruebas Aprender en este 2021, proponemos también la realización de una campaña de difusión pública poco antes de la aplicación de las pruebas para que los estudiantes y sus familias se informen sobre la importancia de estas evaluaciones, contribuyendo así a un aumento en el número de estudiantes respondientes, un requisito fundamental para la validez de los resultados. Sería deseable que una campaña de este tipo fuera impulsada por el Gobierno nacional y los gobiernos provinciales con el acompañamiento de los medios de comunicación y todos los actores del sistema educativo y la sociedad civil. Una campaña de esta naturaleza podría facilitar el proceso para que las pruebas se desenvuelvan adecuadamente.
En agosto de 2020, desde Argentinos por la Educación publicamos un documento, elaborado a partir del consenso de más de 40 referentes del ámbito educativo, que resalta la necesidad de fortalecer la política de evaluación educativa con un enfoque federal y una frecuencia previsible, y con estrategias de difusión y de utilización de la información relevada. El documento indica la necesidad de fomentar la participación de docentes, estudiantes, familias y comunidades educativas, acompañando la difusión de los resultados con herramientas para el trabajo pedagógico, de manera que todas las escuelas reciban su información y puedan trabajar con ella. También resalta la importancia de garantizar la transparencia de los datos para involucrar a más actores en la mejora de la educación. El objetivo debe ser siempre mejorar la equidad y la calidad de la educación.
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