Buenos Aires, enero 2023. El próximo 24 de enero se celebra el Día Internacional de la Educación. Bajo el lema “Invertir en las personas, priorizar la educación”, este día se propone concientizar a la población sobre la importancia de que todas las personas puedan acceder a una educación de calidad, inclusiva y equitativa como un derecho humano y a lo largo de toda la vida. ¿Qué sucede en Argentina? ¿Cómo combatir la pobreza de aprendizajes y generar capital humano para el futuro argentino?
¿Por qué es necesario invertir en educación?
Los números sobre la educación en el mundo que muestra la UNESCO alarman, y responden de forma contundente esta pregunta:
En el mundo existen alrededor de 244 millones de niños, niñas y jóvenes sin escolarizar.
En América Latina y el Caribe, para el año 2019, alrededor de 10,4 millones de niños, niñas y jóvenes se encontraban excluidos del acceso a la educación primaria y secundaria. Estas cifras se incrementaron durante la pandemia.
Cerca de 617 millones de niños y adolescentes no saben leer ni tienen conocimientos básicos de matemáticas.
“Los números hablan por sí mismos, e invitan a debatir en profundidad la problemática y a actuar, con urgencia, en buscar de posibles soluciones que tengan como objetivo la recuperación del aprendizaje a corto y largo plazo. El mundo y específicamente la región de América Latina y el Caribe, pide a gritos invertir en el presente y futuro de los niños, niñas y jóvenes postergados, por ello es clave hacerlo en educación”, afirmó Nicolás Schenquerman, Regional Manager de Matific para LATAM.
De acuerdo al Banco Mundial, América Latina sufrió una “catástrofe educativa” durante la pandemia del COVID-19. La emergencia sanitaria afectó de lleno en el ámbito educativo, no sólo se incrementó el índice de abandono y deserción escolar en todos los niveles, sino también en los puntajes en asignaturas fundamentales como lengua y matemáticas, retrocediendo a niveles de más de una década.
Recorriendo algunos países de América Latina y el Caribe, se advierte un claro retroceso en el aprendizaje de las ciencias matemáticas, entre otros conocimientos básicos y fundamentales, para el desarrollo, crecimiento e inserción social a lo largo de la vida.
Los alumnos argentinos necesitan mejorar sus aprendizajes
Cada niño y niña tiene derecho a una educación de calidad inclusiva y equitativa. En Argentina, el pasado año el Ministerio de Educación de la Nación dio a conocer los resultados de las pruebas Aprender 2021, donde en Matemática el 22,1% de las y los estudiantes alcanzaron el nivel básico, mientras que el 23,1% obtuvo un nivel por debajo del básico, lo que significa 3,5 puntos porcentuales más de estudiantes que se ubican en la categoría más baja de desempeño en relación con los resultados arrojados por el mismo estudio en 2018. Este panorama negativo también se repite en otras áreas importantes como lectura, comprensión de texto, ciencias, etc.
La situación no ha mejorado con el correr de las décadas, y la pandemia intensificó la pobreza en los aprendizajes. Argentina sigue teniendo varias deudas en materia educativa: el acceso, es decir, la posibilidad de los niños y niñas de ir a la escuela; las trayectorias escolares; la inversión en educación; la modernización e incorporación de herramientas tecnológicas que sirvan de complemento en los procesos de aprendizaje; entre otras.
América Latina: alarma por el aprendizaje de los jóvenes
En Colombia, en las últimas Pruebas PISA -el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, muestra que cerca del 35% de los estudiantes colombianos alcanzaron el Nivel 2 en matemáticas.
En Perú, los últimos resultados de la Evaluación Censal de Estudiantes (ECE) y la Evaluación Muestral de Estudiantes (EM), revelaron que el rendimiento en matemáticas de los niños y niñas peruanos ha empeorado, especialmente en los estudiantes de escuelas públicas peruanas. El informe señala que solo el 14,6% de los alumnos de segundo grado resuelve con éxito operaciones matemáticas.
En Chile las estadísticas sobre conocimientos matemáticos son un poco más optimistas. En las últimas Pruebas PISA, si bien los chilenos se ubicaron muy por debajo de otros países y del promedio OCDE, obtuvo un promedio de 417 puntos, quedando por encima de 18 países participantes y por debajo de otros 53 países en matemáticas. Para destacar, es que Chile se ubicó como el mejor país de Latinoamérica en aprendizajes de matemáticas, aunque el porcentaje sigue estando por debajo del promedio general mundial.
En México, la última prueba del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea), que aplica el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), mostró que el 65% de alumnos de secundaria no pueden solucionar problemas matemáticos de quinto grado de primaria. El número es claro, 6 de cada 10 niños mexicanos tienen un nivel insuficiente en conocimientos básicos de matemáticas: sumar, restar, dividir o multiplicar.
Invertir en educación desde la primera infancia
Las etapas infantil y primaria resultan esenciales en el desarrollo del pensamiento matemático. En los últimos años se le ha prestado mayor atención, puesto que se ha observado que se trata de una materia compleja, la cual si no se potencia adecuadamente en la etapa infantil puede desencadenar dificultades futuras de aprendizaje.
“En estos tiempos donde todo está cruzado por la digitalización, es fundamental tomar conciencia y profundizar en el aprendizaje de las matemáticas, ya que éstas están presentes en todos los ámbitos, y son la base de las profesiones futuras. Atender estas dificultades a tiempo, invirtiendo en posibles mejoras y acompañamientos desde edades tempranas, es invertir en el futuro de los niños y niñas, es invertir en una sociedad más igualitaria y equitativa, principios por los cuales se celebra el Día Internacional de la Educación”, destacó Nicolás Schenquerman, Regional Manager de Matific para LATAM.
Aprender jugando, con ayuda de la tecnología
La matemática es probablemente la asignatura más difícil y la más temida por todo niño, niña. Es así que en los últimos años tomó fuerza el concepto de gamificación aplicada a las matemáticas como a otras asignaturas. Aprender matemáticas jugando, fue encontrando su lugar dentro de muchos sistemas pedagógicos, porque se comprobó que, a partir del juego y de introducir actividades con un componente lúdico, cambió la relación de los alumnos con la matemática.
“Utilizar el juego y las tecnologías adaptativas para el aprendizaje de los números y sus problemas, permite derribar las barreras de acceso a los contenidos de matemáticas, y también acompañar a cada alumno de manera personalizada de acuerdo a sus tiempos y posibilidades. Para los docentes también es un aporte, ya que les ayuda a crear itinerarios de aprendizaje en función de cómo aprende cada alumno”, afirmó Vanina Mendiondo, Head of Sales para Matific en para LATAM.
Además, agregó que “mientras que para las escuelas es amigarse con los propios avances y bondades que trae consigo la tecnología, que lejos de suplantar llegó para complementar y ayudar en la evolución de los planes de estudios, como así también en acercar los conocimientos y aprendizajes a todos los niños, niñas y adolescentes en cualquier punto del planeta”.
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